Investigación revela preocupantes asociaciones con depresión, TDAH y suicidio
Un nuevo estudio publicado en la revista Public Health por el Centro de Investigación Traslacional en Salud Pública (Fuse) de la Universidad de Teesside y la Universidad de Newcastle en el Reino Unido ha encontrado que las bebidas energéticas podrían representar un riesgo mayor para el cerebro de los niños y jóvenes de lo que se pensaba anteriormente.
El estudio, que analizó datos de 57 estudios con más de 1.2 millones de niños y jóvenes de 21 países, encontró que:
- Los niños consumen más bebidas energéticas que las niñas.
- Existe una asociación entre el consumo de bebidas energéticas y el consumo de alcohol, tabaco y otras sustancias.
- El consumo de bebidas energéticas se asocia con un mayor riesgo de:
- Suicidio
- Angustia psicológica
- Síntomas de TDAH
- Comportamientos depresivos y de pánico
- Enfermedades alérgicas
- Resistencia a la insulina
- Caries dental
- Desgaste erosivo de los dientes
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Impacto en la salud mental:
El estudio también encontró que:
- El consumo “frecuente” de bebidas energéticas se asocia con intentos de suicidio y estrés severo.
- Existe una mayor tasa de ideación suicida en quienes consumen bebidas energéticas más de una vez al día.
- El consumo de bebidas energéticas se relaciona con un aumento de la falta de atención del TDAH, trastornos de conducta, síntomas depresivos y de pánico.
Los autores del estudio, preocupados por las asociaciones entre las bebidas energéticas y la salud mental, piden que:
- Se prohíba o restrinja las bebidas energéticas para niños y jóvenes.
- Se implementen medidas para proteger a esta población vulnerable.
En consecuencia, el Departamento de Salud y Asistencia Social del Reino Unido mencionó que están evaluando la posibilidad de prohibir la venta de bebidas energéticas a menores de 16 años en Inglaterra.
Algunos grandes minoristas y supermercados ya han implementado voluntariamente una prohibición de venta a menores de 16 años.
En oposición, algunos expertos, como Christopher Snowdon del Instituto de Asuntos Económicos, cuestionan la evidencia científica y consideran que las prohibiciones son injustificadas.
Argumentan que se necesitan más estudios para confirmar las asociaciones y determinar la causalidad.
Concluyendo, las investigaciones sobre las bebidas energéticas y su impacto en la salud mental de niños y jóvenes aún están en curso. Sin embargo, la evidencia actual indica que estas bebidas pueden representar un riesgo significativo. Es importante que los padres, educadores y autoridades tomen medidas para proteger a la población vulnerable a sus efectos negativos.
Se recomienda a los lectores consultar con profesionales de la salud para obtener más información y recomendaciones sobre el consumo de bebidas energéticas.
Imagen de portada: (Pixabay)
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