Cómo controlar la ira como padres para no herir a tu hijo es una situación que viven muchas familias. Las razones pueden ser cansancio, estrés, frustración y otros factores los cuales se deben ser consicentes para poder tratar este estado de enojo . Te contamos lo que puedes hacer para controlar esta ira y mejorar la crianza y relación padres – hijos para que sea saludable. Puedes leer o escuchar la nota a continaución…
La ira es una emoción normal que todo el mundo experimenta de vez en cuando. Sin embargo, cuando la ira se sale de control, puede tener consecuencias negativas, tanto para usted como para quienes lo rodean.
Como padres, es normal sentirnos enojados cuando un hijo se porta mal. Es frustrante ver que nuestro hijo no nos escucha.
Sin embargo, es necesario que controlemos nuestra ira en estas situaciones, ya que cuando actuamos bajo este sentimiento, solemos arremeter contra nuestro niño y después arrepentirnos.
¿Qué es la ira?
La ira, que normalmente conocemos como rabia, enfado, enojo o cólera, es una emoción humanaque se expresa de forma explosiva con agresividad, o irritabilidad, en especial cuando nos vemos abocados a una frustración o malestar.
A nivel físico, cuando nos emerge la ira, nuestras expresiones faciales y corporales se vuelven amenazantes, como en el alto tono de la voz, apretar los puños, mirada desafiante, e invasión del espacio vital del otro.
Las funciones corporales se alteran aumentando la presión sanguínea y el ritmo cardíaco. Se segrega adrenalina y noradrenalina, en la medida en que el organismo se prepara para reaccionar.
La ira puede dañar la relación padre-hijo, además de perjudicar nuestra salud general. Y si la ira sobrepasa los límites del control, podemos llegar incluso a agredir físicamente a nuestros hijos.
¿Por qué me enfado con mi hijo?
Hay muchas razones por las que los padres pueden enfadarse con sus hijos. Algunas razones comunes incluyen:
Frustración
Cuando nuestros hijos no nos escuchan o no siguen nuestras instrucciones, en otras palabras, cuando no cumplen nuestras expectativas, podemos sentir frustración. Esta frustración puede conducir a la ira.
Estrés
Cuando nos sentimos estresados por cosas de la vida diaria, es más probable que nos enojemos con nuestros hijos. Esto se debe a que el estrés puede volvernos más irritables y menos pacientes.
Cansancio
Cuando estamos cansados, también es probable que nos enojemos con nuestros hijos. Esto porque el cansancio puede hacernos menos tolerantes y abrumarnos más fácilmente.
Experiencias pasadas
Si tuvimos padres o cuidadores iracundos cuando éramos niños, es posible sentirnos enojados con nuestros propios hijos. Además, se ha reforzado que es bueno expresar nuestras emociones.
Cómo controlo la ira hacia mi hijo
Hay varias cosas que puedo hacer para controlar la ira frente a las fallas de mi hijo:
Tomo una respiración profunda
Cuando siento que empiezo a enojarme, respiro hondo varias veces. Al hacer esto, desacelero el pulso sanguíneo, la mente recibe la orden de tranquilizarme, mi cuerpo se relaja y podré pensar con más calma.
Me alejo de la situación
Si tengo la oportunidad, me alejo de la situación durante unos minutos para calmarme. Pero debo tener en cuenta que no es bueno dejar una conversación a medias frente a mi hijo, como padre, soy responsable de guiarlo en cómo debe manejar sus emociones, debo darle ejemplo, así que debo aplicar sentido común para alejarme en el momento oportuno. Lo mejor es callarme y darme unos minutos para tranquilizar mi mente.
Debo hablar con mi hijo
Una vez que me haya calmado, debo hablar con mi hijo sobre su comportamiento. Es necesario explicarle calmadamente por qué su comportamiento fue incorrecto y qué debería hacer, cómo corregirlo y hacerlo mejor la próxima vez.
Establezco expectativas claras y realistas con mi hijo
Debo tener en cuenta de las capacidades e intereses de mi hijo para saber qué debo esperar de él racionalmente. Luego me aseguro de que mi hijo sepa lo que espero de él en términos de comportamiento. Esto puede ayudar a evitar que se porte mal en primer lugar.
Busco actividades que atenúen mi ira
Puede ser que mi hijo no siempre sea el detonante de mi ira, talvez sea un sentimiento que deba trabajar de manera general.
Muchas personas se enfocan en trabajar su ira a través de cosas que les funciona, por ejemplo, hacer ejercicio, contar hasta 10 antes de hablar, recurrir al humor para liberar la tensión, hacer yoga o meditación, escuchar música relajante, etc. Todo estas son cosas que se deben hacer con disciplina para mejorar. La ira no desaparece por sí sola, hay que trabajarla.
Busco ayuda de especialistas
Si definitivamente no puedo controlarme, debo buscar ayuda profesional antes de dañar a mi hijo. Ellos nos pueden enseñar a controlar la ira y deshacer nudos emocionales de nuestra infancia. Es esencial controlar esta peligrosa emoción para ser mejores padres.
Beneficios de controlar la ira
Controlar la ira tiene muchos beneficios, que a la larga terminarán beneficiando a toda la familia:
Te sentirás mejor
Cuando controles tu ira, te sentirás más tranquilo(a) y relajado(a). Esto puede conducir a una mejor salud física y mental.
Tendrás mejor relación con tu hijo
La relación puede tornarse más positiva, con una comunicación estable donde cada uno entiende lo que espera el uno del otro.
Tu hijo aprenderá también a controlar su ira
Él aprenderá de tu ejemplo, sabrá cómo manejar este sentimiento sin herir a otros. Esto les ayudará a tener relaciones más sanas.
En conclusión, aprender a controlar la ira cuando un hijo se porta mal es una habilidad importante para cualquier padre. No está de más decir que las situaciones, circunstancias, comportamientos y características de cada familia son diferentes, pero como padres, es un deber saber enseñarles a los hijos cómo lidiar con sus emociones.
Antes de que nuestra ira empiece, es importante como padres situarnos en qué queremos enseñarles a nuestros hijos. De nuestro comportamiento también dependerá su carácter y forma de hacer las cosas.
¡Así que, respira!
Redacción, Vcsradio.net
Locución: Antonio Paz
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