
niño frente a computador
Debate global: ¿Está la despenalización de la pedofilia en la mesa de discusiones internacionales? Más de 30 países levantan su voz en oposición a un nuevo tratado, generando controversia y desafíos éticos en la escena mundial
La esfera internacional se ve envuelta en una intensa controversia a medida que la administración Biden, la Unión Europea y otros estados occidentales abogan por una revisión significativa en la lucha contra la pornografía infantil.
Este cambio propuesto se manifiesta en un nuevo tratado vinculante sobre ciberdelincuencia, que busca despenalizar ciertas formas de pornografía adolescente e infantil virtual. Sin embargo, más de treinta países tradicionales expresaron su firme oposición durante las recientes negociaciones, destacando la complejidad de equilibrar la autonomía sexual de los adolescentes y la protección de los derechos infantiles.
Los defensores de la propuesta, liderados por la administración Biden, sostienen que el nuevo estándar flexible es esencial para salvaguardar la autonomía sexual de los adolescentes. Argumentan que permite la libre expresión y protege la privacidad de quienes participan en la producción y consumo de ciertas formas de pornografía infantil virtual.
En contraposición, más de treinta países tradicionales cuestionan la viabilidad de proteger a los niños de los depredadores si se permite la producción y posesión de cualquier forma de pornografía infantil. La crítica se centra en la posibilidad de que la flexibilidad propuesta abra la puerta a abusos y explotación.
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Detalles del Nuevo Tratado:
El borrador del tratado no busca legalizar todas las formas de pornografía infantil virtual o adolescente, pero establece explícitamente que la pornografía infantil virtual puede legalizarse en algunos países, siempre que no involucre a un niño real o abuso sexual real. Además, introduce lagunas jurídicas que permiten la legalización de ciertos materiales sexualizados por adolescentes en algunos países, bajo condiciones específicas.
Diecisiete países árabes, liderados por Egipto, destacan que estas disposiciones socavan gravemente los derechos de los niños, contradiciendo las estrictas normas de la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño. La posición se basa en la premisa de que, independientemente de la edad, no se puede dar consentimiento para la difusión de imágenes íntimas que constituyan material de abuso sexual infantil o explotación sexual infantil.
Australia y la Unión Europea adoptan una postura diferente, abogando por abordar el intercambio de imágenes íntimas entre niños de la misma edad como una cuestión de privacidad, evitando el proceso de justicia penal.
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Divergencias en el Debate:
La polémica se intensifica con argumentos sobre el uso médico, científico y artístico de imágenes de niños que sufren abuso sexual. Mientras Austria defiende las lagunas para tales propósitos, Rusia cuestiona la ética detrás de esta justificación.
La Santa Sede expresa una profunda inquietud sobre los cambios propuestos en el marco jurídico internacional para la protección de los niños, temiendo que permita la producción de imágenes simuladas y generadas artificialmente.
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