6 minutos. La Corte Constitucional despenalizó el aborto en Colombia. La pregunta es: ¿es lícito que los derechos de los adultos signifiquen la muerte de los no nacidos?
En una decisión dividida, con 5 votos a favor y cuatro en contra, la Corte Constitucional de Colombia aprobó el 21 de febrero la despenalización del aborto hasta la semana 24 de gestación, sexto mes. Esto significa aplicar la pena de muerte a seres totalmente indefensos.
Sin embargo, esta noticia ha causado una gran controversia y muestra las profundas brechas que existen en la sociedad sobre este tema. Tratándose de algo tan delicado como el derecho a la vida, nadie es indiferente ante el pronunciamiento de la Corte.
Lo más importante es que, encontrándonos a las puertas de elecciones tanto parlamentarias como presidenciales, todos los candidatos se han apresurado a emitir su opinión.
Por un lado, los representantes de centro izquierda y los de extrema izquierda han mostrado su aprobación a la medida. Por su parte, los de la derecha han dejado ver su rechazo a lo que el expresidente Pastrana llamó “legalización del infanticidio”.
Para algunos no es fácil dar su opinión al respecto.
El candidato Gustavo Petro fue de los que más tiempo se tomaron para dar su opinión. Finalmente dijo: “Felicito a las mujeres que libraron la lucha contra la criminalización del aborto que las criminalizaba y las mataba a ellas. De ellas es su triunfo”.
Aunque su posición es consecuente con su ideología, debió pensarlo mucho, considerando la alianza que tiene con el pastor cristiano Alfredo Saade. Aunque, no tanto por él, quien posee la habilidad política de acomodarse, sino por sus feligreses votantes. (A propósito: ¿qué pensará el Santo Padre, después de darle la bendición a Petro en el Vaticano?).
Todos los grupos progresistas y de izquierda han celebrado ruidosamente, lo que se considera un triunfo de las mujeres, porque el movimiento feminista siempre ha insistido en que este asunto es de incumbencia exclusiva de las mujeres.
La candidata del Pacto Histórico Francia Márquez lo dijo claramente: “En cuanto al tema del aborto, considero que los hombres deben guardar silencio. Las mujeres somos las que tenemos que decidir sobre nuestros cuerpos”.
Sin embargo, no deja de ser curioso cómo se produjo la votación.
En principio eran 8 magistrados. De ellos, 3 hombres y una mujer votaron a favor de la despenalización. Por otro lado, 3 mujeres y un hombre lo hicieron en contra. Ante el empate, un conjuez (hombre), dio el veredicto definitivo a favor. O sea que, finalmente primó la opinión masculina para tomarse la decisión.
Si esta situación representa el pensamiento nacional, nos encontramos con que el movimiento feminista no es representativo de las mujeres, como se quiere hacer creer.
Pero la verdad, esto ya no interesa a nadie. El caso es que el dictamen está dado. Muchas voces piden que se haga un plebiscito para que sea el pueblo quien decida. Esa sería la auténtica democracia, no la impuesta por cinco magistrados que se han arrogado ese derecho.
Pero, lo cierto es que el tema del aborto siempre ha estado ligado a la ética y la moral, así como a la ciencia. ¿Quién decide en qué momento comienza la vida? Al final, lo que no pudo poner de acuerdo a los grupos próvida con los científicos genéticos, encontró respuesta en una decisión legal. Los magistrados consideran que, antes del sexto mes, es una cosa inerte. Un día después ya es un ser vivo.
Y algo tan absurdo como esto es lo que muchos celebran en estos momentos.
Ahora Colombia es un país abanderado en los derechos de las mujeres. Esto lo decidieron cuatro hombres y una mujer. Pero, el derecho de esos niños que aún no han nacido, ¿quién lo ampara? Como ellos no pueden salir a protestar, seguramente no existen. Sin embargo, constantemente se habla de que estamos en un mundo inclusivo. Pero los que aún no tienen voz no solo siguen excluidos, sino que ahora pueden ser asesinados “legalmente”.
Son muchos los casos de bebés nacidos en el término de la semana 24 que crecieron sanos y con mínimo de problemas.
En su programa “Vicky en Semana”, la periodista Vicky Dávila nos muestra un ejemplo de ello. Pero lo cierto es que aún antes de ese término ya existe la vida. Negarlo es negar la experiencia vivida por toda mujer que haya llevado un hijo en su vientre.
Resulta muy triste saber que a partir de la decisión de la Corte Constitucional se ha legalizado la pena de muerte para los inocentes. Mientras tanto, los verdaderos criminales (autores, entre otras cosas, de cientos de abortos) son premiados con curules en el Congreso.
Escrito por Carlos Morales G.
Foto de portada: Envato
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