
La creencia en lo divino, en un orden trascendente que dota de sentido a la existencia, ha sido durante milenios una piedra angular de la experiencia humana. Sin embargo, en las últimas décadas, esa piedra parece haberse resquebrajado bajo los pies de las generaciones X y millennial. ¿Qué ha provocado esta erosión de la fe?
El declive de la fe a través del tiempo
Para entender este fenómeno, debemos retroceder a la crianza de estas generaciones. La Generación X, nacida entre 1965 y 1980, creció en un mundo marcado por el cinismo posmoderno y la fragmentación social. El idealismo hippie contracultural había dado paso a la desilusión con las utopías políticas y la desconfianza en las grandes instituciones, incluida la Iglesia.
A esto se sumó el declive económico de los años 70 y 80, que forjó una generación pragmática y desencantada, centrada en la supervivencia personal y la búsqueda de estabilidad.
Por su parte, los millennials, nacidos entre 1981 y 1996, heredaron este mundo de incertidumbre y precariedad. Criados en medio de la globalización, el avance tecnológico y la exposición a diversas culturas, desarrollaron una perspectiva más secular y relativista de la realidad.
Pero también fueron una generación con grandes esperanzas, marcada por la promesa de un futuro inclusivo y sostenible. Sin embargo, esas esperanzas se vieron truncadas por las crisis económicas de finales de los 90 y la década del 2000, la creciente desigualdad social y el desencanto con los conflictos bélicos del siglo XXI.
Estos factores, unidos a otros como la individualización de la sociedad y la secularización de la educación, han contribuido a que estas generaciones tengan una relación más distante con lo divino.
Factores que contribuyen a la pérdida de fe
- Cambio social y cultural: El surgimiento de la globalización, el individualismo y la modernidad ha llevado a una mayor diversidad de creencias y estilos de vida. La secularización de la sociedad ha debilitado la influencia de la religión en la vida cotidiana, lo que ha hecho que la fe sea menos necesaria para la pertenencia social o la moralidad.
- Escándalos y crisis de credibilidad: Las instituciones religiosas han sido sacudidas por una serie de escándalos, desde abusos sexuales hasta corrupción financiera. Estos eventos han erosionado la confianza en la autoridad religiosa y han llevado a muchos a cuestionar la veracidad de las enseñanzas tradicionales.
- Desafíos existenciales en un mundo complejo: Existen desafíos económicos, políticos y ambientales sin precedentes. La incertidumbre y la ansiedad que acompañan a estos tiempos pueden hacer que la fe en lo divino parezca irrelevante o poco útil.
Manifestaciones de la pérdida de fe
- Declive de la asistencia a los servicios religiosos: La asistencia a lugares de culto tradicionales ha disminuido significativamente entre los Millennials y la Generación X. A menudo optan por una espiritualidad más individual y menos institucionalizada.
- Aumento de la identificación como no religiosos: Las encuestas muestran un aumento constante en el número de personas que se identifican como ateos, agnósticos o sin afiliación religiosa.
- Cuestionamiento de las doctrinas tradicionales: Las creencias religiosas tradicionales sobre temas como la sexualidad, el género y la ciencia son cada vez más cuestionadas por estos grupos. Esto ha llevado a una mayor diversidad de interpretaciones y enfoques de la religión.
La búsqueda de la espiritualidad en otras fuentes
Pero este alejamiento de lo divino no implica un vacío espiritual. Al contrario, las generaciones X y millennial buscan significado y trascendencia en otras fuentes. La espiritualidad individual, centrada en la autorrealización y la conexión con la naturaleza, es una tendencia creciente. Las prácticas de mindfulness, meditación y yoga han ganado popularidad, ofreciendo herramientas para el bienestar mental y la conexión con lo interior.
También se observa un interés creciente en la espiritualidad laica, que busca respuestas a las preguntas existenciales sin recurrir a la religión tradicional.
Es importante destacar que la experiencia de estas generaciones no es homogénea. Hay personas profundamente religiosas en ambos grupos, y hay quienes nunca han tenido una conexión con lo divino. Además, las motivaciones para el alejamiento de la fe son complejas y variadas, y no se pueden atribuir únicamente a factores sociales o económicos.
¿Cómo recuperar la fe en lo divino?
No hay una respuesta fácil a esta pregunta, ya que las causas de la pérdida de fe en lo divino en millennials y generación X son complejas y diversas. Sin embargo, hay algunas cosas que las instituciones religiosas y las personas de fe pueden hacer para intentar recuperar la confianza de estas generaciones.
Primero debemos reconocer que ellos son una generación que ha crecido en un mundo cada vez más secular, plural y complejo. Han sido testigos de los escándalos y contradicciones de las instituciones religiosas, y han vivido en un mundo plagado de sufrimiento e injusticia. Por ello, es necesario que las instituciones religiosas se esfuercen por ser más transparentes, honestas y comprometidas con la justicia social.
Involucrarlos en liderazgo y toma de decisiones. Esto les dará una sensación de pertenencia y les ayudará a desarrollar un sentido de compromiso con la fe.
Abordar con ellos los problemas sociales y ambientales que les preocupan. Esto les mostrará que la fe puede ser una fuerza para el bien en el mundo.
Por último, es importante que las personas de fe transmitan su testimonio de manera auténtica y creíble en sus vidas cotidianas, que sean compasivos y solidarios con los demás, y que trabajen por un mundo más justo y sostenible.
Debemos tener en cuenta que no hay garantía de que estas iniciativas sean exitosas. La pérdida de fe en lo divino es un fenómeno complejo que no tiene una solución fácil.
Sin embargo, si las instituciones religiosas y las personas de fe están dispuestas a esforzarse por comprender y responder a las necesidades de los millennials y generación X, pueden inspirarlos a que ellos redescubran la belleza y el poder de lo divino.
Artículo escrito por Darío Chaparro para VCS Radio.net