El movimiento Black Lives Matter (BLM) ha tenido un efecto significativo en la policía y la delincuencia en los Estados Unidos. Surgido en 2013 tras el asesinato de George Zimmerman, un hombre blanco que disparó y mató a Trayvon Martin, un adolescente negro desarmado, ha generado protestas y manifestaciones en todo el país.
Una de las principales demandas del movimiento es la reforma policial. Los activistas de BLM sostienen que la policía es demasiado violenta y que discrimina a los negros.
En respuesta a las protestas, muchas ciudades y estados han adoptado reformas policiales. Estas reformas incluyen la creación de nuevos protocolos de uso de la fuerza, la capacitación en diversidad e inclusión, y la creación de organismos de supervisión policial.
Sin embargo, estas reformas también han llevado a una disminución de la actividad policial. Los agentes de policía están más preocupados por ser acusados de brutalidad policial, por lo que son menos propensos a intervenir en situaciones potencialmente peligrosas.
Este aumento de la renuencia policial ha llevado a un aumento de la delincuencia. Un estudio reciente de la Universidad de California, Berkeley, encontró que los asesinatos en los Estados Unidos aumentaron un 11,5 por ciento entre 2015 y 2020.
El estudio también encontró que los arrestos por delitos contra la propiedad disminuyeron un 12% en el mismo período.
¿Un desorden social programado?
Los expertos sostienen que el aumento de la delincuencia es un efecto secundario inevitable de la reforma policial. Sin embargo, la policía solo obedece las políticas impuestas por los gobiernos, quienes en última instancia son los responsables de ese desequilibrio que termina amedrentando a la sociedad.
Es importante que la policía y la comunidad trabajen juntas para encontrar soluciones a los problemas de delincuencia.
Para algunos analistas no se pasa por alto el hecho de que BLM es profusamente financiado por intereses que buscan la desestabilidad social. Entre las organizaciones señaladas como promotores de esa violencia programada se señalan las que financia el especulador internacional, George Soros.
Lamentablemente, no solo es un plan que se ejecuta solo en EE. UU., Latinoamérica es también uno de sus objetivos. Sirven de ejemplo las disposiciones gubernamentales tomadas en Colombia y en Chile, que, también, frenan la acción policial y subvencionan a los delincuentes.
Escrito por José Hermosa para VCS Radio.net.
Imagen de portada (Toma de YT / Dax).
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