Autor: Juan Pablo Simón R
Imagen de Juan Pablo Simón R
(Neil es el cuento ganador concurso “el personaje inolvidable”, organizado por el periódico Sector H, Redes creativas y libros y letras – 2012)
En esquinita de la narrativa, te presentamos un bello cuento, acerca de la posible razón fantástica por la que Neil Armtrong primer hombre en pisar la luna, decidió ser astronauta y además resuelve el misterio de “quién tomó la foto de ese primer paso sobre la superficie lunar”
Erase Neil… un niño como cualquiera, que jugaba canicas, ponchados y jugaba beisbol con los niños del vecindario; pero después de conocer al señor Gorsky cambio para siempre. Al ver la bola de beisbol elevarse por los cielos, soñaba con ser un pájaro o un ave capaz de atravesar lo que los ojos comunes no alcanzaban a ver; se pasaba horas sentado sobre el pequeño columpio de llanta que colgaba del árbol de cedro que adornaba el gran patio de su casa. Desde ese lugar bello con piscina y plantas, logro ver muchas veces caballos blancos, águilas, hadas, constelaciones, que creía eran un cerco de luz del gran castillo que custodiaban pequeños duendecitos espaciales, duendecitos comilones y traviesos que habían sido educados para esconderse y de vez en cuando tropezaban con estrellas que caían a la tierra… las llamaban estrellas fugaces o copitos de fuego, que desde entonces tienen fama de cumplir deseos; parece que, en lo más profundo de su ser, Neil pidió uno extraordinario, sobre todo porque como se dijo al principio: aún era un niño. Recordaba entonces al señor Gorsky que vino unas 20 veces, la última vino para invitarlo a la luna a una fiesta increíble a realizarse el 21 de julio de 1969, así que pensaba Neil: ¿cómo podre ir hasta allá?, el señor Gorsky le dijo que no lo recogerían, que él tendría que llegar por sus propios medios.
Ahora poco se le veía en el equipo de beisbol, más bien se dedicó a jugar con sus astronautas de juguete, a hacer viajes imaginarios al espacio y hablar cada noche con el señor Gorsky; quería saber si las estrellas podrían guardarse en una tula para traerlas a iluminar su patio. Tenía muchas pinturas sobre la mesa y con cartones, construía unas naves que parecían animales intergalácticos, con pedazos de vidrio de color y varias latas incrustadas en el motor, adheridos con goma de mascar de la época que era mucho más pegajosa que la de ahora, tratando de emular las que había observado el día en que un amigo de sus padres lo llevo a ver las instalaciones de la Nasa; quizás un brillo divino con aires de santidad, como dice mi mama, cuando pone sus santicos sobre la repisa, estaría al alcancé de la vista de los viajeros , vestidos con sus capuchas en formas de pecera y seguramente, si lograban que alguna de las naves despegara directo a la luna, él podría abordarla y entonces rencontrase con el señor Gorsky que lo impresionó mucho y marco para siempre su destino. Dice mi mama que a veces las personas que pasan por nuestra vida nos cambian el rumbo y modifican nuestro camino para bien o para mal; parece que, a Neil, este encuentro le sirvió muchísimo. Me hubiera gustado estar en su lugar y poder ir a la luna… creo que a muchos niños y en especial a los que nos gusta escribir, nos encantaría ir allá.
Desde ese encuentro, Neil se preparó para ir a la fiesta; fueron muchos años en los que estuvo en difíciles e interminables entrenamientos y simulacros del viaje, que más adelante realizaría. Algunos de sus amigos de la infancia pensaron que era un soñador o un inventor de historias, otros lo tildaban de loco, pero dentro de su ser estaba convencido de que el señor Gorsky existía y lo había escogido a él entre miles de terrícolas, para visitar el castillo amurallado por preciosas estrellas: estaba seguro de su cordura.
“El apolo 11 fue impulsado por el cohete saturno V desde la plataforma LC, un pequeño paso para el hombre, un gran salto para la humanidad” dijo Neil Angstrom después de despedirse de su amigo el señor Gorsky. Parece que el tiempo se detuvo porque nadie supo de la fiesta, pero la foto de ese primer paso sobre la superficie lunar paso a la posteridad; algunos se preguntan si quien le tomo la foto que, aun hoy y para siempre dará la vuelta al mundo fue el señor Gorsky, pero lo cierto es que Neil estuvo en la luna y saludo de nuevo a su gran amigo, ya no en el patio de su casa.
Neil en realidad quería ir a la luna para apoyar las investigaciones espaciales del momento, o solo quería ver a su amigo?, cualquiera de las dos razones es muy válida.