En diferentes declaraciones durante los últimos días, el embajador en misión especial de Estados Unidos para la Libertad Religiosa Internacional, Sam Brownback, criticó públicamente a Beijing por su amplia persecución de grupos religiosos.
“Parece que el gobierno chino está en guerra con la fe”, dijo el diplomático el viernes 8 de marzo en Hong Kong, reportó Washington Examiner.
“Es una guerra que no ganarán”, declaró el ex gobernador de Kansas, quien fue nominado por el presidente Donald Trump en julio de 2017 para el cargo de diplomático especial de Estados Unidos para la libertad religiosa.
Brownback criticó al régimen comunista chino por sus persecuciones a los uigures musulmanes, budistas tibetanos, cristianos y practicantes de Falun Gong, reportó Channel News Asia.
“El Partido Comunista Chino debe escuchar los gritos de su propio pueblo por la libertad religiosa”, instó Brownback a Beijing. “El pueblo chino es un gran pueblo. Algún día, pronto, serán libres para practicar su fe. Las puertas de la libertad religiosa se abrirán en China, y el telón de acero de la persecución religiosa caerá. El gobierno chino está actualmente en el lado equivocado de la historia… pero esto cambiará”.
Los comentarios de Brownback en Hong Kong provocaron una respuesta disgustada del Partido Comunista Chino, su ministerio de Asuntos Exteriores emitió una declaración acusando al diplomático estadounidense de realizar “ataques maliciosos y calumnias contra las políticas religiosas de China”.
En defensa de su declaración, Brownback dijo el lunes a los periodistas que su oficina tiene una larga lista de cientos de personas desaparecidas y supuestamente reprimidas por sus creencias, según Channel News Asia.
“¿Dónde están? ¿Qué les está pasando? ¿Por qué sus familiares no pueden saber nada de ellos?” preguntó Brownback, desafiando a Beijing a dar su opinión sobre el paradero de las personas.
Reiterando sus declaraciones en Hong Kong, Brownback pidió una vez más al régimen ateo chino que dejara de reprimir a los grupos religiosos de la China continental, durante una conferencia de prensa en Taipei el lunes.
“No entiendo por qué en China, el gobierno ve la religión como una amenaza”, dijo Brownback, según Taiwan News.
Cuando terminó la guerra civil china en 1949, el Partido Comunista se apoderó del continente mientras que el gobierno de la República de China, dirigido por el Kuomintang (KMT), se retiró a Taiwán. Para preservar su gobierno ateo en un país tradicionalmente religioso como China, el Partido Comunista llevó a cabo varias campañas antirreligiosas, comenzando en 1949 cuando los comunistas tomaron el poder.
La fe de la gente floreció de nuevo en China continental durante la década de 1990, con entre 70 millones y 100 millones de personas practicando Falun Gong, una disciplina espiritual de la Escuela Buda, basada en los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia. El renacimiento religioso fue visto como una amenaza para el régimen ateo, y el entonces líder del Partido Comunista, Jiang Zemin, acusó a Falun Gong de ser un “culto maligno” y ordenó una sangrienta persecución contra la comunidad en 1999.
Desde entonces, los practicantes chinos de Falun Gong, también conocido como Falun Dafa, son considerados como el objetivo principal de “la extracción sistemática y autorizada por el estado de órganos de prisioneros de conciencia sin su consentimiento, en la República Popular China”, las preocupaciones fueron expresadas en la H.Res.343 por la Cámara de Representantes de los Estados Unidos.(Fuente:Bles.com)