¿Qué son los sueños? ¿Son reales o irreales? Aunque dedicamos nada menos que un tercio de nuestras vidas a dormir, poco sabemos y poco recordamos de lo ocurre durante tan peculiar y acaparadora actividad. A los ojos de la ciencia médica moderna, el sueño es una actividad neuronal que ocurre en la corteza cerebral del hombre cuando está durmiendo. Pero los antiguos sabios decían, con firme convicción y lejos de un mero sentido poético, que “el sueño es como la vida, y la vida es un sueño”.
Es que para los antiguos chinos, el sueño no era apenas un lapsus restaura dor, sino una fuente de numerosas respuestas. Ya en la Dinastía Shang (aprox. 1600 a.C. a 1100 a.C.) existía el oficio de interpretar los sueños, principalmente al servicio de las familias reales y los habitantes de los palacios. Aplicando la compresión de principios como el yin y el yang y los cinco elementos, los recuerdos de la porción más enigmática de nuestras vidas servían para predecir con precisión la fortuna del soñador.
Actualmente, hay quienes afirman que los sueños a veces muestran vidas de los cuerpos del ser humano en otros espacios. En efecto, mucha gente, en algunos sueños especiales, de verdad ve lo que sucederá en el futuro o siente que está efectuando algo real. En el sueño se ve alguna escena que luego toma forma en la vida de los despiertos.
un privilegio de unos pocos, sino que la gran mayoría de las personas tuvo alguna vez un sueño que lo conectó con una realidad de alguna manera particular que lo haya sorprendido. Sin embargo, uno suele terminar olvidándose de aquel suceso que, tal como los sueños, sede ante la “vida real” y diluye su rastro con el paso del tiempo.
El universo del cuerpo humano
En efecto, la vida humana es muy compleja, y dicha complejidad se manifiesta en particular al adentrarse en el mundo de los sueños. La complejidad radica en que cada vida individual se compone de infinidad de vidas. Este principio es fácil de entender si se considera que cada célula tiene vida propia, tal como explica la ciencia actual. Pero según la medicina tradicional china y la cultura espiritual ancestral del país oriental, es mucho más complejo que eso.
De modo que la vida humana se compone de ambos tipos de elementos principales; por eso el hombre no sólo vive a través de la parte “física” del cuerpo de este espacio, sino que existe en él una convivencia con múltiples factores de vida en todos los distintos espacios dimensionales o niveles de partículas que componen al cuerpo humano.
El cuerpo tangible está compuesto de moléculas; mientras que las partículas que componen al “espíritu primordial original” son las más pequeñas en el cuerpo humano. Entre el cuerpo de moléculas y el espíritu original existen multitudes de niveles de espacio o capas del cuerpo formadas por partículas de diferentes tamaños. Es decir, cada nivel de partículas constituye un determinado espacio, y el ser humano posee un cuerpo en cada uno de estos espacios, que constituye un ‘yo’ en esos espacios.
Cuando el cuerpo humano está despierto y consciente, el espíritu original emite mensajes que el cerebro traduce en órdenes para realizar las actividades físicas y cerebrales. Pero cuando disminuye la lucidez o, en lo que aquí concierne, cuando el cuerpo duerme, el espíritu original relega las funciones corporales.
¿Quién es el protagonista de los sueños?
En los sueños difusos comunes, cuando uno parece ser protagonista, lo que se percibe pueden ser las vidas de otros ‘yo’ en otros espacios-tiempo. Esos ‘yo’, que son los actores principales en esas vidas, no son el espíritu primordial principal; pero al conformar todos una unidad –que es el cuerpo humano en conjunto–, existe una conexión en el cuerpo de este espacio. De esta manera, el ‘yo real’ (el espíritu original principal) es testigo de aquellas facetas de la vida humana en otros espacios y también las afecta; pero no tiene una relación directa con ello.
Cuando un sueño no es un sueño
En los sueños normales, los sucesos son muy difusos; se intercalan muchas escenas y escenarios que se reflejan desde otros espacios como mensajes fugaces. Esos sueños se diluyen fácilmente al despertar y sólo recordamos fragmentos hasta que desaparecen totalmente de la memoria, porque no tienen relación directa con nosotros (con el espíritu original, la conciencia lúcida).
Pero hay casos especiales en que el sueño se vive en plena conciencia y sí lo recordamos claramente luego de despertar: la escena, las conversaciones, los detalles de los colores, del lugar, de los hechos, etc. En estas situaciones, es el espíritu original el que realmente vivió algo. ¿Bajo qué circunstancias se dan estos sueños?
Frecuentemente, en este tipo de sueños, el espíritu original recibe algún mensaje o encargo de otras vidas desde otros espacios. Pueden ser parientes ya fallecidos que pretenden dejar algún testimonio; o un ser celestial o deidad que da un mensaje para evitar algún peligro, o también pueden ser santos que dan alguna guía para la iluminación o la comprensión de un asunto en particular a alguien que se cultiva espiritualmente.
Por lo tanto, los sueños, cualquiera sea la clase, son una parte importante e indispensable de la vida. La vida “real” y la vida de los sueños constituyen una vida íntegra, y ambos lados se influyen mutuamente; esta es una de las razones por las que los antiguos daban tanta importancia a los sueños.
Fuente: La Gran Época
Música: Esperando el pasado – planeta encantado – improvisación arpegio