
Imagen de pies de bebé
La aprobación por parte del Parlamento Europeo de una resolución respaldando la inclusión del aborto en la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea ha generado una intensa controversia.
En una decisión que marca un hito en el debate sobre el aborto en Europa, el Parlamento Europeo aprobó el jueves una resolución no vinculante respaldando la inclusión del aborto en la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea. Con un contundente resultado de 336 votos a favor y 163 en contra, los legisladores europeos envían un claro mensaje a favor del aborto legal en la región.
Aunque esta resolución no tiene efecto legal inmediato, representa un primer paso significativo que los conservadores de la Eurocámara no pudieron detener. Si los progresistas aprovechan este impulso, podrían impulsar una legislación europea que afectaría directamente a los 27 países miembros de la UE.
En el contexto de las normas de la UE, la legislación europea tiene supremacía sobre las leyes nacionales. Por lo tanto, si el aborto se incorpora a la Carta de los Derechos Fundamentales de la UE, los estados miembros estarían obligados a legalizar completamente el aborto para las mujeres. Esto supondría un cambio significativo en países como Malta, Irlanda y Polonia, que tienen algunas de las legislaciones más restrictivas sobre el aborto en la UE. Malta, en particular, es el único país que prohíbe el aborto en todas sus formas.
La resolución también tiene un enfoque directo en Malta y Polonia, instándoles a eliminar las restricciones existentes sobre el aborto. Además, condena la práctica de algunos profesionales de la salud que, por motivos morales, se niegan a llevar a cabo abortos en países donde la ley lo permite.
Este respaldo al aborto por parte del Parlamento Europeo llega poco después de que Francia incluyera el aborto en su Constitución, en una movida promovida por el Gobierno de Gabriel Attal, último primer ministro del presidente Emmanuel Macron. Tras esta acción en Francia, Macron expresó su compromiso de trabajar para alcanzar objetivos similares a nivel de la Unión Europea.
La resolución del Parlamento Europeo ha generado críticas por parte de sectores conservadores y grupos pro-vida en toda la Unión Europea. Estos críticos argumentan que la inclusión del aborto en la Carta de los Derechos Fundamentales representa una interferencia excesiva en los asuntos internos de los estados miembros, socavando su soberanía nacional y su capacidad para legislar según sus propios valores y creencias. Además, algunos opositores sostienen que el reconocimiento del aborto como un derecho fundamental podría fomentar una cultura de desvalorización de la vida humana y debilitar la protección de los derechos de los no nacidos.
Además, los críticos expresan preocupaciones sobre el impacto socio-cultural y ético que tendría la normalización del aborto a nivel europeo. Argumentan que la legalización generalizada del aborto podría llevar a una disminución en el valor otorgado a la vida humana y a una pérdida de respeto por la dignidad de la persona. También señalan que la eliminación de restricciones sobre el aborto podría socavar el derecho a la objeción de conciencia de profesionales de la salud que se oponen al procedimiento por motivos éticos o religiosos, lo que podría generar conflictos éticos y legales en el ámbito médico.
En este sentido, sostienen que la decisión de la Eurocámara representa un exceso de poder por parte de la Unión Europea y una imposición de una ideología particular sobre los estados miembros, en lugar de respetar la diversidad de enfoques culturales y éticos dentro de la UE.
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