Lea aquí la Parte 1
Lea aquí la Parte 2
Lea aquí la Parte 3
Conocido también como Buda, Siddhartha Gautama o Sakya Muni fue un príncipe indio que vivió cerca del año 563 a.C en la India Central.
Cuenta la leyenda que siempre opinaba que la vida humana en el mundo es un escenario o reino de sueños y ambicionaba tener una comprensión clara, exacta y completa acerca de la verdad del universo y la vida humana.
Debajo de la higuera sagrada vence al demonio y se ilumina
Llegó a un lugar, vasto, silencioso y llano, en el que la hierba era verde como una alfombra, y en el centro había una higuera alta y frondosa. El príncipe pensó en su corazón que ese era realmente el lugar en el que se iluminaría, entonces caminó serenamente hacia el árbol y estableció alrededor su asiento.
El príncipe entonces se sentó solo bajo el árbol con las piernas cruzadas en loto, sin importarle el viento y la lluvia, sin tumbarse ni levantarse, con un corazón limpio y observando la abstención, cada día comía una semilla o un grano de arroz.
En ese momento juró: “Si no completo el fruto de fo supremo, recto, y de recta iluminación, aunque este cuerpo se rompa en pedazos, ¡nunca me levantaré de este asiento!”.( fo= ser iluminado) En ese momento la tierra era amplia, el cielo estaba despejado, claro y brillante, las grullas blancas y los pájaros verdes daban vueltas por el Oeste, una neblina propicia y la luz auspiciosa llenaban el vacío.
Aquí es donde el príncipe enfrenta la última prueba, cuando el rey demonio Mara envía a sus demonios para distraerlo y desviarlo de su objetivo.
En ese momento un innumerable grupo de fieros y temibles demonios y monstruos, yakshas y espíritus malvados, insectos venenosos, y bestias malvadas, como abejas y hormigas se dirigieron deprisa hacia el por los cuatro lados, lo rodearon fuertemente por capas, la situación era extraña y desagradable, el clamor malvado se hacía notar, hacía disminuir el valor de una persona.
Sin embargo, el príncipe seguía sentado solo y majestuoso, en silencio y sin moverse, no estaba ni un poco asustado, ni perturbado.
El príncipe entró en concentración (ding), con un corazón compasivo, y ningún malvado podía herir, los esfuerzos de los soldados y discípulos del demonio no lograron nada, y todos se retiraron. El rey demonio estaba preocupado porque el príncipe obtuviera la iluminación, y consiguiera una posición más alta que la de él.
Luego envió a tres de las más bellas y seductoras mujeres demonio para confundir al príncipe y tentarlo a realizar actos malos. Pero el príncipe ya había cortado con el deseo sexual, e incluso también los conceptos de hombre, mujer, persona, y las diferencias de cada uno, ya hacía tiempo que no los tenía.
Su corazón estaba muy vacío, y más aún, ¿cómo podían provocar la suciedad en él? En respuesta les reprendió compasivamente de este modo: “Aunque vuestra apariencia sea bella, sin embargo, vuestro corazón no es recto, vuestro cuerpo, aunque en el exterior es bello, la realidad es que por dentro apesta y su suciedad es difícil de soportar, como un florero que por dentro está lleno de estiércol y suciedad, no solamente no se avergüenzan, sino que ¿incluso se atreven a venir a engañar y a confundir a los demás?”.
El rey demonio vio que la seducción de las mujeres había fracasado, y estaba aún más furioso, por lo que él mismo guio a los demonios y fantasmas más fieros y temibles para ir a dañar al príncipe.
Sin embargo, no importaba cómo causaran alarma, cubriendo el cielo y oscureciendo la tierra, al final no pudieron dañar ni un pelo del príncipe.
El príncipe duro 48 días bajo la higuera sagrada en la posición de loto. Al llegar a ese tiempo era la noche del 7 de diciembre. Al haber atravesado e ido más allá del reino del miedo y de la atracción y la belleza del mundo humano, venció el odio del demonio; en ese momento el cielo era claro y el aire limpio, el viento benéfico y suave, el príncipe apareció como todo tipo de reinos de meditación y concentración, sabía completamente el pasado y el futuro y todas las cosas de los mundos en las diez direcciones. Al cabo de ocho días, al salir las estrellas, se iluminó amplia y abiertamente.
De esta manera, Siddhartha permaneció imperturbable y finalmente derroto a Mara y sus demonios, alcanzando la iluminación bajo la higuera sagrada.
Este evento marcó el despertar de Siddhartha como el Buda, o el Iluminado. Se dio cuenta de las Cuatro Nobles Verdades y el Noble Óctuple Sendero, que son los fundamentos del budismo. Siddhartha Gautama se convirtió en el Buda Sakya Muni, el guía iluminado que enseñó a otros el camino hacia la liberación del sufrimiento.
Comienza a girar la rueda del Fa y salva a los cinco bhiksus
(Fa: ley del cosmos)
Tras alcanzar la iluminación bajo el árbol Bodhi, el fo Sakya Muni se sentó en silencio durante siete días. Contempló el pasado, presente y futuro de todos los seres conscientes y las causas de su sufrimiento. Aunque dos de sus antiguos maestros, Alara y Jialan, ya habían fallecido, Sakya Muni se llenó de compasión por todos los seres que aún podían ser salvados.
Se levantó y se dirigió hacia Sarnath, un lugar conocido por sus ermitaños y de un ambiente muy tranquilo. En el camino, recibió la reverencia de Upaka, un líder religioso que reconoció su grandeza. Al llegar a Sarnath, se encontró con cinco bhiksus, monjes budistas errantes que buscaban la verdad, pero no habían alcanzado la ordenación completa.
Sakya Muni les habló sobre las Cuatro Nobles Verdades: la verdad del sufrimiento, la verdad de la causa del sufrimiento, la verdad del fin del sufrimiento y la verdad del camino que conduce al fin del sufrimiento. Los bhiksus quedaron conmovidos por sus palabras y se convirtieron en sus primeros discípulos.
Yasa abandona el hogar, el jefe de familia se convierte
En la ciudad de Jiuyi, vivía un joven rico llamado Yasa. A pesar de su riqueza y lujos, Yasa no encontraba la felicidad. Una noche, al ver a una de sus concubinas dormida, con el rostro desaliñado y la saliva cayendo de su boca, se dio cuenta de la impermanencia y el vacío de los placeres mundanos.
Esa misma noche, Yasa abandonó su hogar y se dirigió al Parque de los Ciervos, donde se encontraba Sakya Muni. Al escuchar las enseñanzas del Fo, Yasa se llenó de paz y alegría y decidió convertirse en monje.
Al enterarse de la decisión de su hijo, el padre de Yasa, un hombre rico y poderoso, se dirigió al Parque de los Ciervos para buscarlo. Al escuchar las enseñanzas del Fo, también él se sintió conmovido y decidió seguir el camino del budismo.
Yasa y su padre fueron los primeros laicos en recibir los preceptos del Fo y convertirse en discípulos budistas. Más tarde, 50 amigos de Yasa también se unieron al Fo, convirtiéndose en los primeros 56 luohan, o discípulos arhats (personas muy avanzadas en el camino espiritual pero que todavía no han alcanzado la budeidad).
Sakya Muni envió a sus discípulos a difundir el budismo por las cuatro direcciones, mientras él mismo se dirigió al reino de Magadha para continuar su misión de salvar a todos los seres del sufrimiento.
Artículo escrito por Margarita Restrepo para VCSradio.net con información de Minghui.org
CONTINUARÁ…