
Médico sosteniendo tubo con vacuna
Un nuevo estudio del Reino Unido ha encontrado que la ivermectina podría acelerar la recuperación del COVID-19. Sin embargo, los expertos aún no están convencidos.
Un nuevo estudio realizado en el Reino Unido ha revelado que los pacientes que dieron positivo en la prueba de COVID-19 y recibieron tratamiento con ivermectina experimentaron una recuperación más rápida en comparación con un grupo de control. Los resultados, publicados en el Journal of Infection el 29 de febrero, arrojaron luz sobre el potencial de la ivermectina como tratamiento para la enfermedad.
Según el estudio, el tiempo medio de recuperación para los pacientes tratados con ivermectina fue aproximadamente dos días más corto que para aquellos que recibieron atención típica en el Reino Unido. Además, el grupo que recibió ivermectina mostró una reducción significativa en el riesgo de hospitalización o muerte, con solo un 1.6% de los receptores de ivermectina enfrentando estas consecuencias, en comparación con el 4% del grupo de control.
El ensayo, conocido como PRINCIPLE, fue elogiado como el más grande del mundo en cuanto a tratamientos potenciales de COVID-19 en entornos no hospitalarios. Sin embargo, los autores del estudio advierten que los hallazgos no son concluyentes en cuanto al respaldo del uso generalizado de la ivermectina como tratamiento para COVID-19.
“La ivermectina está disponible en todo el mundo, se ha utilizado ampliamente para muchas otras afecciones infecciosas, por lo que es un medicamento reconocido con un buen perfil de seguridad y, debido a los primeros resultados prometedores en algunos estudios, ya se está utilizando ampliamente para tratar COVID-19, en varios países”, afirmó el Dr. Christopher Butler, profesor de la Universidad de Oxford e investigador principal conjunto del ensayo, cuando se anunció que se evaluaría la ivermectina. “Al incluir la ivermectina en un ensayo a gran escala como PRINCIPLE, esperamos generar evidencia sólida para determinar qué tan efectivo es el tratamiento contra COVID-19 y si existen beneficios o daños asociados con su uso”.
El Dr. Christopher Butler, profesor de la Universidad de Oxford y coautor del estudio, destacó que, si bien hubo una pequeña mejora en la duración de los síntomas, esto no es suficiente para recomendar ampliamente el uso de ivermectina, especialmente en una población mayoritariamente vacunada. Los autores también señalaron la importancia de considerar otros aspectos, como el impacto en el trabajo y la utilización del sistema de atención médica a largo plazo.
Además, se señaló que el estudio tenía sus limitaciones, incluida la falta de un índice de riesgo predefinido que los autores consideraron como significativo. Los conflictos de interés también surgieron, con algunos investigadores que recibieron subvenciones de compañías farmacéuticas, lo que plantea preguntas sobre la imparcialidad de los resultados.
El Dr. Pierre Kory, un médico estadounidense no afiliado al estudio, criticó la interpretación de los hallazgos por parte de los autores, argumentando que los resultados positivos merecen una consideración más cuidadosa. Señaló que el protocolo del estudio, que incluía tomar la ivermectina con el estómago vacío, podría haber afectado los resultados, y destacó que el momento de la administración del medicamento también puede influir en su eficacia.
En última instancia, aunque este estudio proporciona más información sobre el potencial de la ivermectina como tratamiento para COVID-19, se necesitan más investigaciones para comprender completamente su efectividad y su papel en la gestión de la enfermedad.
Artículo escrito con información de The Epoch Times en español
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