4 minutos. Ingrid Betancourt habló , en reunión con sus antiguos secuestradores, les recordó que pedir perdón no es solo un formalismo. No vio arrepentimiento en ellos.
El pasado miércoles 23 de junio, se reunieron en la sede de la Comisión de la Verdad, algunas víctimas de secuestro de las ex Farc. Entre estas se encontraba la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt- y representantes de ese movimiento guerrillero.
Sin temor a equivocarnos, podemos decir que todos los colombianos hemos sufrido de alguna manera el horror sembrado por las guerrillas de izquierda durante más de cincuenta años. Aunque, en Colombia son muchos los actores violentos, por sobre todos destaca el terrorismo de las Farc, desde 1964.
Durante todos sus años de actividad, las Farc usaron muchas formas de terror y crimen para extender sus dominios. Generar ingresos y mantener al gobierno de turno en un estado de inestabilidad permanente; sin duda una de las más abominables fue el secuestro.
Hasta última hora, las Farc negaron que este delito sea un acto criminal. A sus víctimas las llamaban “prisioneros de guerra”, a pesar de que, en su gran mayoría, se trataba de vulgares secuestros extorsivos. Antes de incursionar de lleno en el negocio del narcotráfico, el secuestro fue una de sus mayores fuentes de financiación. Por supuesto, también fue utilizado como arma de guerra, secuestrando a políticos, que en muchos casos terminaron asesinados.
No debemos olvidar que el secuestro causa daños irreparables a las víctimas, comparables a la violación. Algunos secuestrados, especialmente soldados o policías, permanecieron cautivos por más de trece años. Al estar por tanto tiempo alejados de su familia y trabajo, es difícil recuperar su vida normal. Un ejemplo palpable es el de Ingrid Betancourt, quien luego de su secuestro, debió abandonar sus sueños de llegar a la presidencia del país, dejó la política y se refugió en Francia, su otra patria.
A pesar de miles de crímenes cometidos por las Farc en más de cincuenta años, en 2016 se firmó un acuerdo de paz. Esta paz cuestionada por muchos, dejó establecidos muchos compromisos por parte de los desmovilizados, de los cuales se han cumplido muy pocos.
La Comisión de la Verdad se creó con el fin de reconocer a las víctimas su derecho a obtener un esclarecimiento de los atropellos de los que fueron víctimas. Su objeto no es crear juicios jurídicos respecto a lo que en ella se hable, sino usarlo como un escenario para la reconciliación y el compromiso de no repetición.
Ante esta Comisión se presentó el pasado miércoles Ingrid Betancourt, quien estuvo secuestrada por las Farc durante seis años, en una infame prisión en la selva. En 2008, mediante la “Operación Jaque”, fue rescatada por el ejército colombiano, a órdenes del entonces presidente Álvaro Uribe.
En la reunión del 23 de junio, asistió Ingrid, acompañada por otras víctimas del secuestro, y se presentaron algunos dirigentes de las ex – Farc, hoy día senadores de la república, gracias al acuerdo de paz. La ex candidata a la presidencia leyó un sentido discurso. En este recordó todo el sufrimiento que soportaron durante su cautiverio, pero también hizo hincapié en la ‘poca empatía’ mostrada por las Farc frente a sus víctimas.
La falta de un verdadero arrepentimiento, así como la poca disposición a reparar el daño causado, es lo que más se les reclama a quienes literalmente, tuvieron secuestrado al país por tantos años.
Queda la impresión de que, una vez firmado el acuerdo, no pagaron por ninguno de sus crímenes. Por el contario, fueron premiados con importantes cargos públicos. Así que, ya no les interesa la llamada reconciliación, ni mucho menos, la reparación.
Por todo esto es que este tipo de eventos se han convertido en un simple trámite burocrático, al cual asisten para cumplir con un compromiso molesto.
Por supuesto, a las víctimas, que aún no han podido superar el dolor del secuestro, y que tal vez nunca lo superen, les molesta esta actitud arrogante y encuentran hipócritas las palabras de perdón, expresadas como un libreto aprendido.
Es muy diciente que, después de esta reunión, no hubo ninguna foto en la cual se les viera juntos. Son muchas las víctimas que creen que no se pueden prestar para esta comedia. Por eso, tal vez la frase de Ingrid pronunciada durante la reunión, lo resume todo:
“Yo necesito ver los ojos aguados de ustedes. Algún día tenemos que llorar juntos, por el sufrimiento de ustedes, por el dolor que nos causaron y por el sufrimiento de Colombia”.
¿Será que algún día veremos un gesto de remordimiento verdadero?
Editorial VCSradio.net
Foto de internet
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