Para esquinita de la narrativa
La conmovedora historia de Kun
(Historia de la vida real, adaptada para cuento infantil)
Hoy les voy a contar una historia triste que le ocurrió a Kun, un pequeño niño que vivía en un país lejano llamado China. Allí vivía feliz con su familia en una hermosa casa, pero debió enfrentar la maldad de quienes persiguieron a sus padres por practicar una meditación que predicaba la bondad.
Cierto día Kun escuchó con sobresalto que tocaban la puerta con fuertes golpes. Cuando su madre abrió, entraron dos hombres de feo aspecto gritando agresivamente. En seguida destrozaron todos los muebles como buscando algo y recogieron con rabia los libros que sus padres leían todos los días con veneración. Kun no entendía qué estaba pasando; miraba cómo estos dos hombres enviados por el gobierno comunista de entonces, golpeaban a sus padres y se los llevaban después de colocarles unas esposas metálicas alrededor de sus muñecas. Kun, sin comprender ese maltrato, enfrentó a los policías, pero uno de ellos lo lanzó al suelo con un golpe; fue tan fuerte, que lo dejó con un ojo morado e inconsciente. Mientras dormía, soñó que su mamá estaba parada cerca de él contemplándolo con una sonrisa. Al despertar, su abuelo, quien acababa de llegar, lo estaba acompañando y mientras lo curaba del golpe recibido, le explicó por qué se habían llevado a sus padres y destruido su casa.
“Fue por practicar Falun Dafa”, dijo el abuelo. Entonces Kun, le respondió: “Abuelito, pero Falun Dafa es bueno; mi mamá estaba muy enferma y después de practicarlo, volvió a sonreír y se sintió mucho mejor; mi padre, a veces se ponía muy bravo, pero desde que empezó a practicar Falun Dafa, se volvió de buen genio, hacía chistes y los vecinos decían que había cambiado. No entiendo por qué tenían que llevárselos”. El abuelo le explicó que esos hombres malos no quieren que las personas practiquen algo que beneficia a las personas, además de promover los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia. Ellos quieren que la gente solo piense lo que el malvado partido comunista chino les permite. Y es porque tienen miedo a que el bien triunfe y la gente sea libre.
Kun le preguntó al abuelo por qué sabía todo esto y él le contestó: “porque como tus padres, yo también practico Falun Dafa y sé que es bueno”. Lo más triste fue que Kun nunca volvió a ver a sus papás, pues fueron asesinados por negarse a dejar su meditación. Desde entonces su abuelito cuidó de él y a medida que se convertía en un joven, también comenzó a practicar Falun Dafa, tratando de ser mejor persona cada día, e incluso perdonando a esos hombres malvados que le quitaron la vida a sus padres, y diciéndoles que Falun Dafa es bueno.
Redacción y locución: Lucía Fernández
