5 minutos. En Corea del Sur incautan cargamento, originario de China, que contiene cápsulas de carne seca pulverizada de fetos y de bebés, etiquetadas como supuestos productos sanitarios.
Las bárbaras prácticas promovidas contra los bebés por nacer salen de nuevo a la superficie, con base en el video que denuncia la incautación de miles de cápsulas que contenían carne de bebé pulverizada, destinadas al consumo humano.
El video publicado por la agencia de noticias AP hace algunos años, fue replicado múltiples veces en su momento y el 28 de mayo publicado de nuevo en la cuenta de Twitter @Thekeksociety.
El cargamento de cápsulas, originario de China, se descubrió en Corea del Sur, y los resultados del análisis demostraron que contenía carne seca y pulverizada de fetos y de bebés, etiquetadas como supuestos productos sanitarios.
Un documental de la cadena surcoreana SBS TV relató el hallazgo de pastillas vigorizantes con un contenido del 99.7 por ciento de carne humana. A través de estudios, se pudo determinar hasta el sexo del bebé que había sido procesado para obtenerlas.
“También encontramos súper bacterias en las pastillas y otros ingredientes peligrosos”, dijo Shin Eul-Ki, científico del laboratorio del aeropuerto internacional de Incheon, quien las detectó, en un video presentado por el periódico británico Daily Mail.
El equipo de documentales expuso a compañías farmacéuticas chinas que compraban cadáveres de bebés nacidos muertos o de bebés abortados en clínicas dedicadas a practicar abortos.
Según un informe de Daily Mail, solo en 2011 se detuvieron al menos 35 intentos de contrabandear 17.000 dosis a Corea. Aunque las cápsulas se ofrecen como ‘vigorizantes, en realidad someten a los inocentes compradores al canibalismo encubierto.
Asimismo, los bebés no nacidos son parte de los ingredientes para sopas, y llegan a costar hasta 4.000 dólares.
También en Occidente
El uso de la carne de los bebés no solo se consume en Oriente. En Occidente, sus derivados se encubren con nombres complejos que ocultan su realidad, mientras se aplican a colorantes para bebidas, vacunas y maquillajes, a pesar de los perjudiciales efectos que puedan acarrear a los consumidores.
Una de las empresas acusadas de realizar esta escalofriante acción es Senomyx, la cual se dedica a crear saborizantes y aromatizantes para productos alimenticios.
Entre los clientes de Senomyx se encuentran compañías renombradas como PepsiCo, Nestlé (sopas Maggi), el fabricante de chicles Cadbury Adams LLC (Trident, Dentyne, Freshen Up, Bublicious y pastillas Halls), una división de Kraft Foods, Sopas Campbell y otras empresas, generalmente comercializadoras internacionales.
Comerciantes de carne humana
El grado de insensibilidad al que se ha llegado permite la comercialización de los pequeños cuerpos humanos abortados como si se tratase de cualquier tipo de mercancía, convirtiéndola en un negocio multimillonario con oscuros intereses en el medio.
Las organizaciones proaborto, como la Federación Internacional de Planificación de la Familia (IPPF), cosechan millones de dólares de fondos y los utilizan para promover su agenda a nivel internacional a través de sus grupos afiliados.
Solo en los Estados Unidos, el reciente informe de impuestos de la IPPF muestra que obtuvieron 127 millones de dólares en utilidades, según reportó el periódico Times Malta en enero de 2018.
El dolor de los bebés
Se ha demostrado que los bebés a lo que se les quita la vida aún dentro del vientre materno sufren un dolor extremo, lo que ni siquiera se tiene en cuenta por el terrible grado de insensibilidad al que llega la sociedad actual.
Un bebé humano merece ser tratado con dignidad, no se trata de una mercancía para generar ganancias comerciales, ¡y menos aún se los puede utilizar para que sus restos sean comidos por seres humanos! Es simplemente una cuestión moral.
Escrito por José Hermosa para VCS Radio.net.
Imagen de portada: (Toma de: YouTube/ Associated Press).
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