3 minutos de lectura. Con la presidencia de Lula, el mapa latinoamericano se cubre de rojo comunismo en su vasta extensión.
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Tras la sacudida que sufrió el mundo democrático con la elección del ahora presidente socialista, Luiz Inácio Lula da Silva, en Brasil, parece que no todo será tan sencillo durante su mandato.
Lula fue sindicado de corrupción en el 2005, al descubrirse que sobornaba a los diputados. A este caso siguió la “Operación Lava Jato”, que lo vinculó con sobornos a políticos, por valor de miles de millones de reales brasileños.
En el 2018, Lula, fue condenado a prisión por más de 9 años por blanqueo de capitales.
Con tales antecedentes, en las elecciones presidenciales de ese año fue derrotado por Jair Bolsonaro, de tendencia derechista, quien marcó un hito de gobierno democrático en el país.
No obstante, por un margen muy estrecho, de tan solo 1,8%, Lula retomó la presidencia, a fines del 2022.
Como consecuencia, millones de brasileros mantuvieron una protesta continuada en las calles, dado que las investigaciones de las entidades militares informaron de al menos 2.500 máquinas de votación con resultados irregulares.
Bolsonaro, por su parte, garantizó a su pueblo que haría respetar la Constitución Nacional.
Con base en esto, el Diario Oficial da União, informó que Bolsonaro creó el Gabinete de Seguridad Institucional (GSI), el 30 de diciembre, al mando del general Augusto Heleno, del ejército brasileño.
En este sentido, el periodista italiano, Cesare Sacchetti, sostiene que este será el gobierno real del país, dejando a Lula entre la espada y la pared, o al menos, maniatado para la toma de decisiones trascendentes sobre el mayor país latinoamericano.
Por su parte, Bolsonaro partió, el 31 de diciembre, con su familia, rumbo a Estados Unidos. Allí fue invitado por el expresidente, Donald Trump, quien desarrolló un procedimiento similar con el presidente Joe Biden.
Ni Trump ni Bolsonaro acudieron a la toma de posesión de sus sucesores. Trump también denunció un fraude electoral descomunal en su contra, en los comicios presidenciales de Estados Unidos del 2020.
Al parecer, la izquierda política brasilera estaría en pánico, al grado de que el Partido Socialismo y Libertad (PSOL) solicitó al Supremo Tribunal Federal de Brasil la detención preventiva del ahora expresidente Bolsonaro.
Con la presidencia de Lula, el mapa latinoamericano se cubre de rojo comunismo en su vasta extensión. Esta situación trae a la memoria las decenas de millones de muertes que infligió en cada uno de los países gobernados con ese régimen.
Al régimen chino se le atribuyen al menos 40 millones de muertes, ocurridos con la aplicación de la política conocida como la Revolución Cultural. Además de los innumerables abusos a los derechos humanos de los que se le acusa actualmente.
No obstante, las dificultades por las que atraviesa el Partido Comunista de China parecen insuperables, dada la turbulencia social, económica y de otros órdenes que afectan a China.
Los problemas son de tal envergadura, que hacen que el futuro del régimen chino penda de un hilo.
Esto no es una buena noticia para los regímenes izquierdistas de países que como Brasil, Cuba, Nicaragua, Venezuela y Colombia se empeñan en enrutar a sus naciones por esas sendas oscuras.
Escrito por José Hermosa para VCS Radio.net
Narración: Ignacio Lo Bello B.
Foto de portada: Captura de video Youtube El Mundo