7 minutos. La nueva tecnología del metaverso nos abre infinidad de posibilidades para el conocimiento y la interacción social. Pero también puede convertirse en un generador de opresión.
Aunque no resulta ser una idea tan nueva, cada día se habla más del metaverso como la evolución del internet. Por esto, cabe preguntarnos, ¿estamos ante uno de esos grandes avances tecnológicos favorables para la humanidad? O, ¿se trata más bien de otra herramienta para constreñir nuestra libertad?
El nombre de metaverso tuvo su origen en la novela Snow Crash, publicada por Neal Stephenson, en 1992. En ella se describe un mundo virtual donde se desatan luchas entre enemigos del mundo real.
En nuestro mundo, a medida que la tecnología avanza, nos hemos ido acercando cada vez más a ese universo paralelo: primero con los videojuegos, y luego con las criptomonedas, elementos que serán fundamentales en el funcionamiento del metaverso.
Pero, ¿qué es exactamente el metaverso? La definición más cercana la encontramos en “The conversation”:
“El metaverso es una red de entornos virtuales siempre activos en los que muchas personas pueden interactuar entre sí y con objetos digitales mientras operan representaciones virtuales, o avatares, de sí mismos”.

Por lo tanto, se trata de un mundo virtual que, a través de internet, nos permite crear realidades paralelas, donde cada quien adopta la imagen de algún tipo de creatura o ser viviente (no solo humano) que desea representar.
Ante las múltiples oportunidades que ofrece este sistema, donde abandonaremos definitivamente el 2D para vivir una nueva experiencia en 3D, son muchas las empresas que están invirtiendo en la naciente tecnología. Grandes compañías como la cadena de supermercados Walmart, ya anuncian la posibilidad de hacer compras a través del metaverso.
Mientras el mercado inmobiliario virtual comienza a moverse en las utópicas ciudades digitales, donde los llamados visionarios ya quieren poseer uno de esos terrenos inexistentes, las grandes corporaciones tecnológicas, como Facebook, Microsoft o Nvidia se apresuran para crear cuanto antes esos universos que muchos desean habitar.
Es indudable que, al igual que todos los avances tecnológicos, el metaverso nos ofrecerá muchas ventajas que harán más fáciles nuestras vidas.
La posibilidad de que las universidades extiendan la academia a cualquier lugar del mundo, beneficiará a poblaciones que actualmente no tienen cabida en ellas.
Podremos acceder a grandes mercados virtuales, donde compraremos o venderemos cualquier producto que deseemos.
Así mismo, la atención a la salud podrá extenderse, y en poco tiempo ofrecerá nuevos servicios, antes fuera del alcance de la medicina.
El trabajo virtual seguramente recibirá un gran impulso, y es uno de los tópicos en los que se enfoca Microsoft. Esto hará que las comunicaciones a larga distancia sean más fluidas y reales.
Para quienes se encuentran lejos de sus familias será una gran noticia, pues la interacción estará cada vez más cercana a la realidad.
Pero sin duda es el campo del entretenimiento el que atraerá mayor atención, considerando las ingentes cantidades de dinero que puede mover. Ya sean los videojuegos en línea, los conciertos o los espectáculos masivos, ofrecerán muchas oportunidades, tanto a los espectadores como a los artistas y empresarios.

Pero como todo en la vida tiene dos caras, este sistema presenta aspectos que pueden traer consecuencias negativas para esa sociedad ávida de nuevas experiencias.
En primer lugar, los jóvenes especialmente, podrían desarrollar una dependencia tal, que ya muchos la comparan con lo ocurrido en China en el siglo XIX con los fumaderos de opio. Basta observar lo que pasa actualmente con los videojuegos, para entender lo que ocurrirá cuando la experiencia de participar en uno de ellos en el metaverso se multiplique por diez.
Y, si nos detenemos a mirar el mundo que nos están ofreciendo algunos de los gurús de la tecnología del metaverso, en ese universo virtual todos los que no encajan en la realidad encontrarán el refugio perfecto. Y desde ese ángulo, el metaverso se podría convertir en la droga perfecta.
El Metaverso nos muestra un paraíso ideal, donde cada quien puede adoptar el disfraz que quiera. Un mundo sin dolor, sin problemas, donde todos son felices y pueden ser ricos, artistas, tener propiedades y no ser señalados.
Pero hay un peligro. Antes de sumergirnos en ese nirvana artificial, hay que recordar con claridad cómo las redes como Facebook y Twitter se han convertido en los nuevos pontífices de la verdad, con la capacidad suficiente para llevar al ostracismo a quien deseen. Así mismo, ya vimos cómo en 2021 estas mostraron toda su fuerza borrando del entorno virtual al presidente del país más poderoso del mundo, Donald Trump
Seguramente en Meta, el nuevo nombre Facebook, será donde Zukerberg imponga las reglas de ese nuevo juego. Porque lo que para muchos será un pasatiempo, para quienes manejen los grandes mundos del metaverso será realmente su imperio; y quienes ingresen allí no podrán poner en tela de juicio los ideales progresistas que ellos representan.
A pesar de todo esto, no podemos ignorar que el metaverso ya se está conformando. No se puede detener, y al fin y al cabo, como toda creación humana, solo será malo o bueno según como se le utilice.
El internet ha traído grandes beneficios, pero al mismo tiempo es uno de los responsables del declive social que vivimos. El Metaverso podría acelerar este proceso de decadencia moral en proporciones inimaginables.
De modo que estamos advertidos, pues son muchos los que ya han dado la voz de alerta. Si no somos responsables del uso de esta herramienta, no podemos esperar sino la destrucción de lo que queda del mundo civilizado. Sería como magnificar lo negativo del internet cuando permite que la alienación y la inquisición se apoderen totalmente del mundo.
Esto suena apocalíptico, pero los líderes de las redes ya nos han mostrado que no están dispuestos a detenerse para imponer sus ideas.
Debemos conservar la racionalidad para no permitir que nuestro destino sea guiado como se lleva a un rebaño dócil hacia el despeñadero.
Escrito por Carlos Morales G. para VCSradio.net
Imagen de portada: Envato
Para más artículos de opinión como Metaverso: ¿La Puerta del Cielo o del Infierno?, ingrese a nuestra sección En Perspectiva, de VCSradio.net