Para miles de padres estadounidenses, la educación de sus hijos se convirtió en una pesadilla sin precedentes. En este caso, agravada por las normas de planteles educativos que promueven el nocivo cambio de género en los niños.
Quienes promueven el cambio de género en los niños no solo tienden a arruinar sus jóvenes vidas, sino que violan derechos fundamentales de los padres, tal como lo argumenta, de acuerdo con New York Post, Luke Berg, del Instituto Wisconsin para la Ley y la Libertad:
“En nuestra opinión”, declaró Berg, “todas estas políticas violan los derechos constitucionales de los padres según la Constitución de los Estados Unidos, y posiblemente también muchas constituciones estatales”.
Instituciones que promueven el cambio de género en los niños
Cerca de 6000 instituciones educativas en todo el país emitieron reglamentaciones que impiden que los padres sepan si sus hijos se identifican con un género diferente al biológico en el aula.
Así se desprotegen más de 3 millones de estudiantes, asistentes de esas escuelas, quienes quedan sin la asesoría y el consejo de sus padres en esa situación artificial tan confusa, que envuelve cada vez más a los niños.
Para la presidenta de Parents Defending Education, Nicole Neily, las escuelas involucradas, incluso, pueden ser muchísimas más, según declaró: “Esta investigación muestra que las políticas de exclusión de los padres son un problema de costa a costa – y que vivir en un estado rojo no significa que las familias estén automáticamente protegidas de este problema”.
Frente a esta situación tan alarmante, el escritor Ryan Womack, señala: “Los derechos de los padres son fundamentales para una sociedad libre, pero, como demuestra esta desgarradora historia, están siendo objeto de graves ataques”.
Un caso dramático
La desinformación de que son víctimas los niños puede inducirlos a terminar con sus vidas, tal como lo supo Wendell Pérez, quien recibió una llamada de las autoridades escolares diciéndole que su hija de 12 años había intentado suicidarse en el baño de la escuela. Que era porque quería ser un niño, con nombre y pronombres masculinos.
Pérez y su esposa habían educado a sus hijos con toda libertad, informándolos ampliamente sobre el tema, pero descubrieron que los profesores y el personal del colegio trataron a su hija como a un chico, sin su consentimiento ni conocimiento. Expresaron que no compartían información sobre la “transición” de su hija ni con él ni con su esposa por “cuestiones de confidencialidad.”
Así, le crearon a la niña una doble vida y borraron los derechos de sus padres a saber lo que ocurre con sus hijos. Por otro lado, es claro que el ocultamiento que realizan las instituciones educativas socava las creencias religiosas, los valores morales y el asesoramiento médico de las familias.
La nociva ideología de género
La ideología de género se basa en las afirmaciones y pruebas más engañosas para convencer a los niños de que el género es una ‘construcción social’ que se puede cambiar al gusto de ellos.
Estas influencias nocivas inducen a los jóvenes a la transición médica, que incluye la terapia hormonal y la cirugía, tratamientos que causan daños irreversibles, encerrando a los niños en cambios físicos para toda la vida.
Es claro que el derecho de los padres a dirigir la educación de sus hijos no termina en la puerta de la escuela. Por eso, y ante las amenazas contra la familia, tal como sostiene Wendell:
“Tenemos que estar juntos. Tenemos que luchar juntos. … Nosotros, como personas de fe, tenemos que mantenernos firmes y defender sin miedo esa institución que fue establecida por Dios mismo”.
De esta manera, los padres no dejan de tener la responsabilidad y el correspondiente derecho de enseñar y criar a sus hijos, lo que debería moverlos a defender a sus familias en esta absurda y dañina guerra.
Escrito por José Hermosa para VCS Radio.net.
Imagen de portada: (Toma de YouTube/Like Nastya)
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