
El American College of Pediatricians alerta sobre los peligros de las terapias hormonales y cirugías en menores transgénero, llamando a su prohibición y promoviendo enfoques psicológicos en lugar de intervenciones invasivas.
El American College of Pediatricians (ACP) emitió una fuerte advertencia sobre las terapias y tratamientos a los que son sometidos niños y adolescentes que experimentan malestar con su sexo biológico. Bajo el lema “Doctores protegiendo niños”, la asociación llamó a poner fin a prácticas como la afirmación social, los bloqueadores de pubertad, la hormonización cruzada y las cirugías en menores.
En una conferencia de prensa, la Dra. Jill Simmons, directora ejecutiva de la ACP, leyó el documento en el que se insta a todos los estados a prohibir estas terapias, argumentando la falta de evidencia científica que respalde su efectividad para resolver problemas psicológicos en pacientes con disforia de género. Simmons subrayó que estos tratamientos no solo no mejoran el bienestar mental de los adolescentes, sino que pueden tener efectos nocivos como menor crecimiento, osteoporosis temprana y esterilidad.
Los pediatras firmantes hicieron un llamado a las instituciones de salud para que terminen con estos protocolos perjudiciales. Según el documento, “las mejores pruebas e investigaciones sugieren que las cirugías, los bloqueadores de pubertad y las hormonas sexuales cruzadas perjudican gravemente a los niños”. Además, estos tratamientos no mejoran el bienestar físico o mental de los adolescentes con disforia de género.
La ACP ha creado una página web, https://doctorsprotectingchildren.org, donde se puede leer la declaración completa y ver la lista de firmantes, además de ofrecer la posibilidad de adherirse al llamado.
Impacto Internacional: El Cass Report
La preocupación por las cirugías irreversibles en niños con disforia de género también se ha extendido a Europa. En el Reino Unido, el Cass Report, resultado de una investigación de cuatro años, reveló que los tratamientos aplicados a menores no estaban basados en evidencia científica suficiente, calificándolos de experimentales. El informe recomendaba tratar estos casos con terapia psicológica y evitar intervenciones invasivas, que pueden tener efectos secundarios adversos e irreversibles.
Como resultado de este informe, el gobierno británico prohibió la administración de bloqueadores de pubertad en menores. En Escandinavia, Suecia, Noruega y Finlandia están revisando sus protocolos de salud, sugiriendo a los profesionales priorizar el tratamiento psicológico en lugar de cirugías.
Esta serie de advertencias y revisiones internacionales subraya la necesidad de reevaluar los enfoques actuales en el tratamiento de la disforia de género en niños y adolescentes, enfocándose en su bienestar a largo plazo.
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