4 Minutos de lectura. Este domingo, integrantes de Primera Línea irrumpieron con arengas en la Catedral Primada de Bogotá. Otro acto de intolerancia izquierdista.
Ayer domingo 20 de marzo, la misa del medio día en la Catedral Primada de Bogotá se vio sorprendida por un acto de total irrespeto. En un determinado de la ceremonia momento entraron varios encapuchados, liderados por una reconocida agitadora del llamado movimiento primera línea.
Primera línea es un grupo, apoyado por líderes del partido Pacto Histórico, el cual lidera las encuestas para las elecciones que se avecinan en Colombia. Se ha distinguido por su ferocidad durante las últimas manifestaciones en diferentes ciudades del país.
Ya estábamos acostumbrados a sus tomas violentas de las estaciones de Transmilenio, así como a sus agresiones tanto hacia la policía como a los civiles. Pero hasta ahora, no se habían atrevido a atacar la Iglesia, porque incluso quienes los apoyan se declaran fervorosos creyentes.
Aunque no se presentaron desmanes, más allá de las arengas contra el “gobierno dictatorial” y la exigencia de desmontar los “organismos represivos del estado”, e incitar a la rebeldía general, no se atrevieron a pasar a la vandalización que acostumbran siempre.
Pero se observa, de todos modos, un primer paso. La líder del grupo, alias Simona, anteriormente se ha jactado de sus vínculos con anarquistas chilenos. Por lo tanto, debemos recordar cómo en ese país se volvió casi obligatorio terminar las protestas incendiando iglesias.
De modo que debemos estar preparados. En los videos que han circulado sobre este hecho, podemos ver cómo los encapuchados se pasean por la Catedral gritando consignas, mientras la mayoría de los feligreses, o bien huyen atemorizados, o se limitan a captar todo con sus celulares.
Incluso los guardias y policías parecen algo intimidados. Todo esto nos enseña la situación general que hemos visto estos últimos años: los seguidores de la extrema izquierda agreden y vociferan, pero quienes no comulgan (literalmente) con ellos, asisten pasivamente a la destrucción de lo que se forjó durante siglos.
Aunque no podemos aceptar ninguna clase de violencia, cabe la pregunta que siempre surge en situaciones como esta: ¿podrían hacer lo mismo en un país musulmán? Claramente conocemos cual es la respuesta.
Por supuesto, si Colombia fuera una dictadura, como ellos aseguran, tampoco podrían hacer algo como esto. Pero hemos llegado al punto que, cuando los líderes políticos de extrema izquierda dicen que nos van a liberar de la dictadura, para todos sus incautos seguidores esto les suena como un bálsamo para sus oídos.
Ahora, ante este hecho que además de reprobable, en nuestro medio resulta bochornoso, la extrema izquierda asegura que estos vándalos son seguidores de Uribe. Eso parece un chiste, pero ellos ya saben que sus seguidores solo esperan estas palabras para creerlo sin ninguna duda. No importa que mañana otra vez afirmen descaradamente que ellos los han financiado, como ya lo dijeron antes.
No hay duda de que un triste futuro espera a un pueblo que solo está dispuesto a creer las promesas de quienes solo desean utilizarlos para llegar al poder. Porque, al fin y al cabo, esos líderes que prometen cosas imposibles saben que, cuando no las cumplan, ahí estará la derecha y el “imperialismo yanqui” para culparlos de todo.
Escrito por Carlos Morales G. para VCSradio.net
Foto de portada: Captura de video, Noticias CAMCAM
Para más artículos de opinión como Profanación de la Catedral, Otro Avance de La Primera Línea en Bogotá, ingrese a nuestra sección En Perspectiva, de VCSradio.net