Esta es la historia de Yang Zhiqiao, una joven profesora de Taiwán, quien atravesó dolorosas pruebas antes de normalizar la visión de ambos ojos., pues desde niña padecía una afección visual grave, que la obligó a recibir innumerables tratamientos y soportar experiencias amargas de discriminación en su escuela.
Una infancia dolorosa
Antes de que descubrieran su afección visual, Yang sufría al no poder compartir los juegos como el de atrapar la pelota porque simplemente no la veía. Tampoco podía reconocer los billetes porque no distinguía las imágenes. El aislamiento afectaba la seguridad en sí misma.
Cuando sus padres la llevaron al optómetra para una revisión, este descubrió que tenía ambliopía severa y le formuló unas gafas correctivas. Desafortunadamente, por error cambiaron los lentes. El derecho lo pasaron a la izquierda y viceversa.
Este error produjo en la joven Yang mareos que tuvo que soportar por seis meses, cuando la llevaron a revisión.
Esta dolencia le dejó secuelas emocionales pues su autoestima era baja, la inseguridad para hablar y relacionarse era muy fuerte, y los problemas de aprendizaje la aislaron aún más.
“Era la última de mi clase. No tenía el valor de pararme frente al grupo, ni decirle a mis amigos lo que pensaba, o hacer la tarea con mis compañeros, porque nunca sabía las respuestas a las preguntas. La madre del mejor alumno de nuestro salón me dijo en una ocasión: ‘Si mi hijo fuera tan tonto como tú, lo habría matado’”, recordó Yang.
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Esas palabras afectaron interiormente a Yang, quien luchaba para que nadie se diera cuenta de su deficiencia. Era una situación muy difícil de manejar para una niña que hasta ahora estaba formando su personalidad y tratando de consolidar una auto imagen positiva.
Esta inseguridad fue aumentando a medida que crecía y no encontraba la forma de manejar esta situación, somatizando en fuertes dolores de cabeza.
“Cuando mi período menstrual comenzó, estaba en la escuela intermedia, y era tan doloroso que tenía que permanecer en cama durante esos días. Ni un solo día dejé de sentir dolor de cabeza. A menudo me despertaba un terrible dolor de cabeza”, recuerda Yang.
“El dolor de cabeza era tan intenso que hasta cuando el autobús pasaba por un bache me causaba un terrible malestar”.
También relató que el día de su examen de ingreso a la universidad, debido al estrés, sufrió un fuerte dolor de cabeza. “No podía pensar en absoluto. ¡Era difícil moverme! Pensé que había llegado al límite. ¿Por qué la vida es tan dolorosa para mí? De todas maneras, sacó fuerzas de su interior y fue a presentar el examen.
Ingresó a la universidad en 2008, pero no podía dejar el temor de que su enfermedad la obligar a a retirarse del estudio. Creia que nunca iba a poder liberarse de estos dolores. “No necesitaba mucho. ¡Lo único que deseaba era una vida normal!”, se decía a sí misma.
Un día su madre le aconsejó practicar Falun Dafa, que es un tipo de qigong muy antiguo y milagroso pues había curado muchas enfermedades entre sus practicantes, y que incluso a ella le había quitado un cáncer que recién comenzaba aparecer.
Falun Dafa se compone de 5 movimientos de manos y una meditación. Yang comenzó a practicar estos ejercicios a diario, combinando con la lectura del libro de Falun Dafa llamado Zhuan Falun, el cual ensena las leyes y principios universales que rigen el universo: Verdad, Compasión y Tolerancia. Son los principios rectores de Falun Dafa.
Tres meses después, ya no tenía enfermedades, después de 18 años pudo liberarse del sufrimiento.
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Por qué se curó tan rápido de sus dolencias
La clave para curarse de sus enfermedades estuvo primeramente en asimilarse poco a poco con los principios de Verdad, Compasión y Tolerancia.
A la par, con los ejercicios de manos se equilibra la energía del cuerpo. De esta forma el cuerpo de Yang se fue recuperando y su estado mental mejoró notablemente. Pudo sacar adelante su carrera de profesora.
“Finalmente podía concentrarme mientras estudiaba. Pude pasar a la Universidad Nacional de Taichung en mi segundo año. Todos se sorprendieron porque sabían que no era una buena estudiante, dijo Yang
A pesar de que el camino hacia la recuperación no fue fácil, después que abandonó sus apegos y corrigió sus errores, toda su vida se normalizó y logró su sueño de convertirse en profesora.
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Continúa la cultivación espiritual trabajando como profesora
Ya como trabajadora de una escuela, Yang tuvo que pasar varias pruebas en su trabajo. La irracionalidad de los padres de familia significó una fuente de preocupación difícil de manejar.
“Durante mi primer año, discutía con estos padres para convencerlos con mis argumentos. En lo profundo de mi mente, no quería ver a los padres decirme qué hacer. Con tales pensamientos en mente, mis conversaciones a menudo mostraban mi mentalidad de lucha y ostentación. Sin embargo, más tarde recordé una frase del libro Zhuan Falun:
“Si mantienes en todo momento un corazón misericordioso y una actitud serena y pacífica, al encontrarte con problemas podrás actuar bien, porque eso da espacio para amortiguar. Si siempre eres misericordioso, tratas a los demás benevolentemente, consideras a los demás al hacer cualquier cosa, y cada vez que se presenta un problema piensas primero si los demás podrán aguantar o no y si dañas a otros o no, entonces no surgirá ningún problema. Por consiguiente, debes refinar gong según estándares altos, exigirte con estándares aún más altos”. (Zhuan Falun, Cuarta Lección: Elevar el xinxing).
“La enseñanza del Maestro me recordó a mirar hacia dentro”, dijo Yang. “Me pregunté por qué no había pensado en la razón por la que los padres reaccionaron de la manera en que lo hicieron. Los niños son lo más preciado para sus padres. Debería corregir mi mentalidad. Desde entonces, siempre permito que los padres terminen de hablar sobre sus solicitudes sin importar qué tipo de pedidos sean. Me gustaría mostrar mi comprensión y responder pacientemente a sus preguntas. Me hice amiga de ellos”.
Yang dice que cada día está llena de gratitud hacia Falun Dafa porque, primero, le curo sus enfermedades, y segundo, la hizo una mejor persona, más comprensiva y bondadosa, con una moralidad elevada.
“Falun Dafa me ha dado paz y me ha convertido en una persona considerada hacia los demás. ¡Agradezco a Dafa por darme una nueva vida, una vida verdaderamente feliz y saludable!”.
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