
Descubre la inspiradora historia de Yue Yangzi y su esposa, quienes demuestran el poder de la honestidad, la perseverancia y la búsqueda incansable del conocimiento. Esta historia nos enseña valiosas lecciones sobre la integridad y el compromiso
Durante el período de los Reinos Combatientes, vivía un hombre llamado Yue Yangzi con su esposa. Ambos llevaban una vida sencilla y humilde, caracterizada por el respeto y la moralidad.
Un día, mientras caminaba por un sendero solitario, Yue Yangzi encontró un brillante trozo de oro. Con el corazón lleno de emoción, recogió el oro y lo llevó a su casa para mostrárselo a su esposa.
Sin embargo, su esposa, conocida por su sabiduría y rectitud, miró el oro y le dijo: “He oído que un hombre de moralidad no bebe el agua de un ladrón, y un hombre de integridad se niega a aceptar limosnas. ¿Qué piensas de recoger el oro que otro perdió y guardarlo para ti mismo?”
Estas palabras resonaron profundamente en Yue Yangzi. Sintiendo una gran vergüenza, devolvió el oro al lugar donde lo había encontrado. Este acto de rectitud inspiró a Yue a buscar eruditos para enriquecer sus conocimientos. Con el apoyo y aliento de su esposa, decidió partir en busca de sabiduría y aprendizaje.
Después de un año de estudio, Yue Yangzi regresó inesperadamente a casa. Su esposa, que estaba tejiendo un fino paño de seda en el telar, se arrodilló para saludarlo y, con sorpresa, le preguntó: “Sólo dedicaste un año a tus estudios, ¿por qué regresaste?”
Yue respondió: “Porque te eché mucho de menos”.
Sin decir nada, su esposa tomó un par de tijeras y se dirigió al telar. Señalando el brocado a medio terminar, dijo en voz baja: “Este brocado es tejido con la más fina seda. He tejido una cadena tras otra para producirlo. Ahora bien, si lo corto se perdería todo mi trabajo anterior. Es lo mismo con tus estudios; sólo puedes adquirir conocimiento a través de la diligencia. Al dejarlos a medias, ¿no es lo mismo que cortar la tela en el telar?”
Profundamente conmovido por las palabras de su esposa, Yue Yangzi comprendió el valor de la perseverancia. Decidió regresar a sus estudios y esta vez, se comprometió a no dejarlos a medias. Pasaron varios años, y gracias a su determinación y arduo trabajo, Yue se convirtió en un hombre muy culto y respetado.
La historia de Yue Yangzi ilustra perfectamente el dicho chino «renunciar a mitad de camino» que advierte sobre las consecuencias de abandonar una tarea antes de completarla. Este dicho nos enseña que todos los esfuerzos serán en vano si no llevamos nuestras tareas hasta el final. Así como la importancia de la moderación y la persistencia, valores que son esenciales para alcanzar el éxito y la sabiduría.
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