5 minutos de lectura. Desde 1959 China lleva a cabo un genocidio cultural y persecución religiosa en el Tíbet. Este país necesita ayuda de la comunidad internacional.
Desde que el Partido Comunista Chino, PCCh, subió al poder, ha estado persiguiendo y reprimiendo al budismo tibetano. Esta situación hasta el momento no ha disminuido y, por el contrario, la represión hoy es aún más destructiva.
Los tibetanos consideran que China lleva a cabo una revolución cultural en su país desde 1959, fecha en que ocupó totalmente su territorio y realizó campañas de destrucción religiosa y cultural. Hasta hoy más del 97 por ciento de los templos y conventos han sido demolidos y el número de monjes se redujo en un 93 por ciento.
En 2011, la persecución fue aun peor cuando el gobierno chino instauró una red de vigilancia en la región para reprimir el apoyo del pueblo al Dalai Lama.
Entre tanto, durante las olimpiadas realizadas en China en 2008 y 2022, los creyentes fueron reprimidos ferozmente; para el mundo los juegos son una diversión, mientras que para los creyentes del Tíbet y Turkestán Oriental (Ch. Xinjiang ) y otras minorías religiosas y étnicas son un infierno. Incluso algunos los llaman los “Juegos del Genocidio”. La razón de la represión es el temor del gobierno chino de que estos grupos se manifiesten públicamente.
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Uno de los últimos ataques sucedió en diciembre de 2021, cuando destruyeron una gigantesca estatua de Buda en Luhuo (Drakgo), y cientos de monjes fueron llevados a campos de reeducación.
Organismos de derechos humanos han denunciado el genocidio cultural con el pueblo tibetano, que incluye destrucción de sus lugares sagrados, ataques por sus creencias e incluso en su propia patria se les prohíbe hablar su lengua nativa.
El Dr. Dominic Nardi, Analista de Políticas en la USCIRF (Comisión de los Estados Unidos para la Libertad Religiosa Internacional) informó a Bitter Winter que:
“El Gobierno chino ha intensificado las restricciones relacionadas con el uso del idioma tibetano en las escuelas y, en su lugar, ha promovido el uso del chino mandarín. … durante las últimas décadas, las escuelas primarias y los jardines de infantes también han comenzado a utilizar el mandarín”. El idioma tibetano está a punto de la extinción.
Lo que buscan con este tipo de restricciones es terminar con las raíces culturales tibetanas.
Uno de los temores del pueblo tibetano es que El PCCh arme un complot para controlar la elección de la ‘reencarnación’ del nuevo Dalai Lama (luego que el actual muera, pues tiene 86 años). Este es un asunto religioso que debería competer solo a la comunidad budista tibetana.
Los tibetanos esperan que el Congreso de los EE UU apruebe la ley de Apoyo y Política Tibetana que, según el Dr. Nardi, ‘autorizaría al Gobierno de EE. UU. a promulgar sanciones selectivas contra cualquier funcionario chino que se considere que está interfiriendo en la sucesión o reencarnación de los líderes budistas tibetanos’.
En definitiva, esta crisis humanitaria en el Tíbet y regiones del Turquestán Oriental (pueblo uigur) por parte de china, pone en peligro la supervivencia misma de estos pueblos. Y si a esto se le suma la persecución a grupos religiosos y espirituales como Falun Gong, los crímenes de lesa humanidad del PCCh son inimaginables. Esto es un asunto que la comunidad internacional debería enfrentar con firmeza.
Articulo escrito por Beatriz Rodríguez con información de tibet.net/ y bitterwinter.org/
Foto Envato
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