
Taiwán fue sacudida por su terremoto más poderoso en un cuarto de siglo, desencadenando caos y destrucción en toda la isla. Con edificios colapsados, víctimas atrapadas y una oleada de tsunamis amenazante, el país enfrenta una crisis sin precedentes.
El terremoto de magnitud 7.4, con su epicentro a solo 18 kilómetros al suroeste de la ciudad de Hualien, dejó una estela de devastación en su camino. Según informes iniciales, al menos nueve personas han perdido la vida y más de 800 resultaron heridas en el desastre. Los esfuerzos de rescate están en marcha, mientras equipos especializados buscan incansablemente sobrevivientes entre los escombros.
El impacto del terremoto fue especialmente severo en el condado de Hualien, donde se registraron todas las muertes y la mayoría de los daños. 97 edificios resultaron dañados, con cuatro de ellos colapsando parcialmente. En uno de los rescates más desafiantes, 131 personas quedaron atrapadas en edificios gravemente dañados.
Imágenes dramáticas muestran el colapso parcial de un edificio de cuatro plantas en Hualien, donde se concentran los mayores daños. Los equipos de rescate trabajan contrarreloj para buscar a posibles supervivientes entre los escombros.
Se han registrado además numerosos daños materiales en otras ciudades de la región, incluyendo carreteras, puentes y líneas eléctricas. El gobierno ha activado el plan de emergencia y ha movilizado a miles de efectivos de rescate y asistencia.
Los corrimientos de tierra también causaron estragos en la autopista Suhua, una importante vía en la costa oriental de Taiwán. La destrucción fue evidente, con túneles destrozados y vehículos aplastados bajo enormes rocas. Al menos 12 autos resultaron dañados y nueve personas sufrieron lesiones en este incidente.
Aunque la capital, Taipéi, se encuentra a una distancia considerable del epicentro, no escapó de la furia del terremoto. Los edificios antiguos perdieron tejas, mientras que los complejos de oficinas más modernos sufrieron daños estructurales.
Las alertas de tsunami, emitidas en Taiwán, Japón y Filipinas, sembraron pánico en la región. Afortunadamente, el impacto de las olas fue mínimo, con una pequeña ola registrada en Taiwán y Japón, y ninguna alteración significativa en Filipinas.
A pesar de la magnitud del desastre, la vida en Taiwán comenzó a volver a la normalidad. Los servicios de transporte se reanudaron y la calma regresó a las calles. Sin embargo, más de 91,000 hogares permanecen sin electricidad, recordando la magnitud del desastre que ha afectado al país.
Taiwán, ubicada en el Cinturón de Fuego del Pacífico, está familiarizada con la actividad sísmica. Este terremoto, causado por una falla inversa entre las placas de Eurasia y del Mar de Filipinas, es el más significativo en 25 años.
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