Entre los 27 sobrevivientes de persecución religiosa que se reunieron con el presidente Donald Trump en la Casa Blanca el 17 de julio, estuvo una practicante de la disciplina espiritual Falun Dafa que fue perseguida por su fe.
Ella es Yuhua Zhang, de 59 años, quien fue encarcelada y torturada en China durante 7 años y medio por negarse a renunciar a su fe. En 2015 tuvo que escapar a EE UU para salvar su vida.
Falun Gong, es una práctica espiritual que sigue la tradición budista, y desde hace 20 años viene siendo brutalmente perseguida por el régimen comunista chino. Así como, cientos de miles de practicantes han pasado por prisiones, campos de trabajo forzado y centros de lavado de cerebro, donde se les tortura para forzarlos a renunciar a su fe.
El pasado miércoles, el presidente Trump se reunió con Zhang y 17 sobrevivientes más, de diversos países, entre ellos China, Corea del Norte, Irán, y Pakistán, para reafirmar su compromiso de impulsar la libertad religiosa.
Esta es la primera vez que un practicante de Falun Dafa se reúne con el más alto funcionario de EE UU, en un compromiso oficial
En la reunión realizada en la Oficina Oval, Zhang le dijo al Presidente que su esposo, también practicante de Falun Dafa, está encarcelado en la prisión de Suzhou, en la provincia de Jiangsu, China.
“Me preocupo día y noche por mi esposo”, dijo Zhang en la conferencia. “Podría ser torturado hasta la muerte como miles de otros practicantes de Falun Gong”.
“Podría ser asesinado por sus órganos como lo ha sido un número desconocido de practicantes de Falun Gong”.
Zhang se refería a acusaciones surgidas hace más de una década, basadas en evidencia de una variedad de fuentes, de que el régimen chino ha estado asesinando a practicantes de Falun Dafa encarcelados para usar sus órganos para trasplantes
“La sustracción forzada de órganos sigue existiendo, así que debemos hacer algo”, dijo Zhang. “Las palabras no funcionan”.
Zhang también contó a Trump que, otro practicante encarcelado en esa misma prisión, murió debido a las torturas, un día después de ser liberado.
Después de los comentarios de Zhang, el Presidente expresó su agradecimiento por sus comentarios. Y dijo:
“Cada uno de ustedes ha sufrido tremendamente por su fe”, dijo Trump durante la reunión. “Cada uno de ustedes se ha convertido en un testigo de la importancia de promover la libertad religiosa en todo el mundo”.
Esta reunión fue parte de la Ministerial que Impulsa la Libertad Religiosa auspiciada por el Departamento de Estado de Estados Unidos. La conferencia de tres días, celebrada del 16 al 18 de julio, es el evento de libertad religiosa más grande del mundo
El embajador itinerante de Estados Unidos para la Libertad Religiosa Internacional, Sam Brownback, dijo que la administración anunciará “medidas adicionales” sobre las iniciativas de esta conferencia del 18 de julio, con discursos del secretario de Estado Mike Pompeo y el vicepresidente Mike Pence.
Zhang, que ha luchado incansablemente por la liberación de su esposo desde que llegó a Estados Unidos, pidió al gobierno de Estados Unidos imponer sanciones bajo la Ley Global Magnitsky, a los funcionarios chinos “que se sabe han detenido ilegalmente, torturado y asesinado a practicantes de Falun Gong”.
Muchos de los perpetradores continúan trabajando en China y han sido promovidos por su participación en la persecución, dijo Zhang.
“Espero que el gobierno de Estados Unidos, los medios de comunicación internacionales y los grupos de derechos humanos puedan ayudar a liberar a mi esposo y a los cientos de miles de otros practicantes de Falun Gong inocentes pero encarcelados”, concluyó.
Redacción con información de La Gran Época