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Desde hace varios años se ha venido produciendo, a nivel mundial, un interés creciente de los padres de familia por la educación en el hogar, como alternativa a la educación formal de las escuelas. Esto es especialmente notorio en países avanzados económicamente del hemisferio occidental.
Este fenómeno nos invita a cuestionarnos sobre cuáles son las causas reales.
¿Qué hay detrás del aumento de la educación en casa?
Los investigadores atribuyen a este fenómeno muchas causas. Las razones que se presentan de unos países a otros no siempre son comparables, debido a las diferentes culturas o situaciones económicas de cada país.
Países como India, China o Brasil tienen porcentajes muy elevados de escolaridad en el hogar. Pero factores como la desigualdad económica, la baja calidad de las escuelas o temas culturales inciden en cifras por encima del 45% de población estudiantil en tales condiciones.
En China, por ejemplo, la política del hijo único, aplicada por tantos años, provocó un envejecimiento de la población, que presiona sobre el sistema educativo.
Pero nada de lo anterior aplica para los llamados Países del Primer Mundo. Las naciones más industrializadas están presentando un aumento porcentual en el número de familias que prefieren educar a sus hijos en casa.
En realidad, si se observan un poco los argumentos de los padres de diferentes lugares, se puede llegar a entender qué está cambiando en sus mentes.
Los confinamientos por el covid dispararon las cifras de educación en casa. Esto, porque los padres comprobaron que la educación en el hogar no solo era posible, sino que podría traer más beneficios que la educación en las escuelas.
¿Qué causó el cambio de actitud de los padres hacia las escuelas?
- La implantación de normativas sobre la educación sexual para los pequeños en las escuelas. Esto lo explica la parlamentaria británica Andrea Jenkyns, dirigiéndose al parlamento sobre su circunscripción de Morley y Outwood en Yorkshire. Ella afirmó que los padres “sienten que no tienen más opción que educar a sus hijos, porque algunas escuelas están exponiendo a los niños pequeños a información sobre sexualidad de adultos”.
Las nuevas legislaciones permiten la llegada de agentes externos que distribuyen material explícito dirigido a los niños. Incluso inducen a los pequeños de 6 años a “reglas sobre tocarse a sí mismos”, basados en la educación sexual.
- La introducción de la teoría crítica de la raza, así como de las iniciativas transgénero dentro de los planes de estudio.
La cuestión de la teoría crítica de la raza ha llevado a una discriminación racial inversa. A los niños blancos se les hace sentir culpables por los hechos ocurridos hace más de doscientos años. Todo esto, en vez de unir, conduce a un enfrentamiento entre los niños de diferentes razas.
- La implantación del transgenerismo, que produce efectos sicológicos generalmente irreversibles en los pequeños, a la vez que lleva a la destrucción de la unidad familiar. De hecho, en este momento Estados Unidos es uno de los países con mayor cantidad de familias que prefieren educar a sus hijos en casa.
Mientras en 2019, solo 2,5 millones de niños eran educados en casa, hoy se alcanza la cifra de 3,3 con un porcentaje de 38% de niños y jóvenes en edad escolar. Esto representa un aumento del 32% en solo 4 años.
- Abolición de las creencias religiosas en las escuelas. Por todo occidente se ha extendido un rechazo desde los gobiernos y grupos de poder hacia las religiones. Esto ha conducido a la eliminación de cualquier tipo de enseñanza religiosa en las escuelas, e incluso a su rechazo, tratándolo de difusión de supersticiones.
Este laicismo ha llevado a la destrucción de la fe en las nuevas generaciones. Esto lleva a la preocupación de los padres por el rechazo de sus hijos hacia las creencias familiares, por el adoctrinamiento escolar.
En Estados Unidos, la comunidad afrodescendiente es muy sensible a este tema. Robert Brown, un ex maestro de Austin, Texas, dijo que tomaron la decisión de educar a sus hijos en casa, pues “queríamos que tuviesen una buena comprensión de su fe”. De hecho, en esta comunidad, en 2020 el porcentaje de educación en casa aumentó de 3,3% a 16,1% en solo 6 meses.
La lucha de los padres no es fácil
A pesar de esta tendencia tan marcada en las familias, los gobiernos no se quedan quietos. Constantemente dictan nuevas leyes que dificultan el camino de los padres para defender su derecho a educar a sus hijos según sus principios.
Recientemente se supo que, en Queensland, Australia, el número de estudiantes inscritos para recibir educación en su casa aumentó en un 195%. Poco después de conocido esto, el gobierno estatal introdujo una legislación al parlamento, exigiendo que la educación en el hogar fuera coherente con el plan de estudios del gobierno australiano.
Esto desató gran polémica, pues se teme que ahora los padres continúen la educación en casa clandestinamente.
Otro ejemplo se presentó en California, donde un grupo de padres cristianos se vio obligado a demandar al Estado por discriminación religiosa, pues en el programa de estudios en el hogar financiado con fondos públicos, se admitía cualquier tema inclusivo, excepto el material de aprendizaje basado en la fe.
También hay ataques de muchos comentaristas progresistas, acusando al sistema de educación en el hogar como clasista y promotor del racismo radical. Incluso dicen que se trata de un plan de los religiosos conservadores para destruir el sistema de escuelas públicas.
Otros señalan que la posición de estas familias son parte de un plan maléfico destructivo del progreso de las naciones.
Incluso el gobierno canadiense defiende que los derechos de los niños están por encima de los de los padres, y les quita a estos la autoridad para educar a sus hijos. Ante esto, cada día son más los padres que toman la decisión de alejar a sus hijos de las escuelas para educarlos en casa.
Cuál será el futuro de la educación escolar
A través de la historia han sido los padres los encargados de transmitir a sus hijos los valores y tradiciones de su cultura. El estado se mantenía alejado y solo intervenía para apoyar a las familias en impartir el conocimiento a una mayor cantidad de población.
Naturalmente siempre existieron los tutores y maestros, quienes conducían a los jóvenes al conocimiento de temas más profundos, según la vocación o el interés del joven en desarrollo.
Sin embargo, ahora se pretende que los estados ideologizados sean los que decidan lo que conviene o no a los jóvenes, por encima del derecho de los padres; esto es cuando menos ilegal, sin mencionar la inmoralidad que se encierra.
Los gobiernos deberían cuestionarse por qué cada día más familias repelen aquello que enseñan en las escuelas y lo que, a través de leyes, se quiere imponer como digno de ser enseñado y valorado por parte de la sociedad.
Nos encontramos ante un proyecto que destruye la familia y la sociedad. Si los gobiernos y medios de opinión no quieren verlo, o más bien, desean ocultarlo, son los padres de familia quienes deberían manifestarse para poder regresar al cauce de los verdaderos valores sociales legados por los mayores.
Escrito por Carlos Morales G. para VCSradio.net
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