6 minutos de lectura. Shinrin Yoku: sumergir los cinco sentidos en el interior de un bosque trae enormes beneficios para el cuerpo y la mente, en un mundo caótico como el actual.
¿Has sentido alguna vez una energía especialmente positiva cuando pasas por un bosque? ¿Sientes que abres tus sentidos y te comunicas con la naturaleza y la madre tierra? Pues en esto consisten los “paseos de baños de bosque” o Shinrin Yoku.
Te invitamos a conocer el Shinrin Yoku, una práctica que nos llega desde Japón y nos enseña cómo exponer el cuerpo a espacios verdes, estar en contacto con la naturaleza, como ha sido a través de nuestra evolución. Beneficia nuestra salud, nos ayuda a combatir el estrés y a bajar las revoluciones de nuestro ritmo de vida diario; mejora nuestra calidad de vida y nos invita a ser mejores personas y crecer espiritualmente.
La expresión “shinrin yoku” significa “absorber la atmósfera del bosque” y beneficiarse de sus grandes poderes de relajación, energía, positivismo y buena salud.
El baño de bosque es una práctica muy sencilla; consiste en estirar el cuerpo, caminar, sentarse, prestar atención a elementos naturales del entorno y disfrutar del silencio y los sonidos en forma relajada; sentir el aire y disfrutar el contacto de los pies con la tierra. Es conectar los cinco sentidos con la naturaleza de los bosques.
Origen ancestral del Shinrin Yoku
La cultura japonesa respeta y valora enormemente la naturaleza. El Shinrin-Yoku se originó de las tradiciones budistas antiguas y del sintoísmo, una religión indígena nativa de Japón que venera los espíritus de la naturaleza y promueve la comunicación con esta a través de todos los sentidos.
Según Adrian Cordellat, del portal webconsultas.com,
“En Japón, el país del karoshi o muerte por exceso de trabajo, una de las naciones con mayores tasas de suicidios del mundo, las autoridades sanitarias recomiendan desde los años ‘80 la práctica del shinrin-yoku. Esta es una actividad que tiene sus orígenes en las religiones budistas y sintoístas y cuyo significado literal es absorber la atmósfera del bosque. Es decir, bañarse metafóricamente en el bosque, conectando con la naturaleza y desconectando del estrés vital con el que convivimos cada día en un mundo occidental, cada vez más alejado de la naturaleza y más apegado a la tecnología y al asfalto de las ciudades”.
También te podría interesar:
- Senderismo, un Sano Deporte que Estrecha Vínculos
- Avistamiento de Aves, la Experiencia Contemplativa que Eleva la Felicidad
En el año 1982, el Gobierno japonés promovió los baños de bosque (Shinrin-Yoku) como una terapia de relajación mental y física para la población urbana sometida a niveles intensos de trabajo y estrés, a la vez que también servía para proteger y dar valor a los bosques.
En Japón las tres cuartas partes del país son terreno montañoso y la Agencia Forestal japonesa ha habilitado 50 bosques como ‘centros de terapia forestal’. En ellos se estima que entre 3 y 5 millones de japoneses realizan cada año terapias de bosque.
Uno de los pioneros en esta práctica es Yoshifumi Miyazaki, antropólogo y vicedirector del Centro de Medio Ambiente, Salud y Estudios de Campo de Chiba University, en las afueras de Tokio.
Miyazaki ha realizado desde el año 2004, estudios con más de 600 personas en los bosques. Su trabajo ha demostrado que los baños forestales, en comparación con las caminatas urbanas, lograron bajar en un 12,4% los niveles de la hormona del estrés (cortisol), y en un 1,4% el promedio de la presión arterial. La incidencia de infartos también se redujo en un 5,8%.
Él concluye, además que,
“Hemos pasado el 99,9% de nuestra evolución en ambientes naturales…Nuestras funciones fisiológicas aún están adaptadas a esos entornos y en el día a día podemos alcanzar una sensación de bienestar si sincronizamos nuestros ritmos con los del medio ambiente”.
Miyazaki realizó estas declaraciones en una entrevista para la publicación Outside Magazine a la periodista y escritora estadounidense Florence Williams, autora del reciente libro “The Nature Fix”, o Soluciones de la Naturaleza, que incluye un análisis sobre “shinrin yoku”.
Beneficios del Shinrin Yoku
Hoy en día, hay artículos científicos que demuestran que se pueden utilizar los beneficios terapéuticos de los bosques y espacios verdes para prevenir enfermedades.
El poder restaurador del contacto con la naturaleza ha sido experimentado e intuido por siglos.
Según estudios realizados por científicos japoneses, el impacto de los baños forestales en la salud física es claro: bajan la presión arterial, fortalecen el sistema inmunológico, reducen las hormonas relacionadas al estrés y la incidencia de infartos y aumenta la actividad intestinal.
A nivel mental y emocional, los baños de bosque mejoran el estado de ánimo y dan fortaleza al carácter; reducen el insomnio y la ansiedad, aumentan la creatividad, otorgan mayor bienestar y aumentan la actividad del sistema parasimpático.
Adrian Cordellat asegura también que,
“se ha constatado que estos baños de bosque disminuyen la actividad cerebral relacionada directamente con las funciones de planificación, toma de decisiones o resolución de problemas. Por el contrario, gracias al shinrin-yoku, la actividad cerebral de los participantes se desplaza principalmente a las áreas del cerebro relacionadas con las emociones, la empatía y el placer”.
Cómo hacer un baño de Bosque
Primero que todo hay que agradecer al bosque por acogernos y permitirnos armonizar y limpiar nuestra mente.
Luego podemos hacer una sesión de meditación para armonizar nuestra energía y estar abiertos a la experiencia.
Se recomienda tener la guía de un experto en la práctica que nos guíe a calmarnos, a dejar el estrés con el que llegamos de las ciudades y a conectarnos con la naturaleza que se vive en los bosques. Ellos nos abren la puerta al bosque; pero para poder centrarnos en la actividad y conectarnos con la naturaleza, nosotros debemos dejar afuera los dispositivos tecnológicos como celulares, radios, música; y muy importante, dejar atrás las preocupaciones y turbulencias del mundo exterior.
Los baños de bosque normalmente se hacen mínimo durante unas dos horas de caminata, acompañadas de ejercicios de respiración que nos permitan disfrutar el aroma de un árbol, sentir la suavidad de una flor, acostarnos sobre la hierba, cerrar los ojos, escuchar el sonido del aire, etc.
Para este mundo en que vivimos de tanta congestión, con trastornos de la mente y el cuerpo y rodeados de laberintos de cemento que nos han apartado de la naturaleza y hábitat natural, el shinrin yoku nos enseña cómo volver a los bosques, puede salvar nuestra vida y devolvernos la felicidad y la armonía.
Artículo escrito por Margarita Restrepo
Fuentes: webconsultas.com y bbc.com
Foto de portada: Envato
Artículos similares: