4 minutos de lectura. Existe una forma de encontrar belleza en lo imperfecto, el wabi-sabi
Wabi-sabi es una visión japonesa muy particular de concebir la estética de las cosas, basada en la ‘belleza de la imperfección’.
El termino Wabi-sabi no se puede traducir, pero se entiende como la aceptación de lo transitorio, y el paso de la naturaleza que produce deterioro; ver belleza en ello.
Esta expresión filosófica se originó en la época de la dinastía Song China (960 -1279) sobre los conceptos de sencillez, sinceridad y aceptación de la realidad que enfatiza el taoísmo. El taoísmo considera lo perfecto como algo estático y sin futuro, pues no puede originar crecimiento ni elevación en lo que ya es perfecto, pues ya está acabado.

El budismo zen incluyo también el Wabi-sabi en sus meditaciones sobre la naturaleza y la aceptación de los continuos cambios de la vida.
En Japón, el Wabi-sabi fue introducido a principios del siglo XVI, por el monje Sen no Rikyu, reconocido maestro de té, quien implantó el uso de cerámicas japonesas imperfectas, en reemplazo de las porcelanas perfectas importadas de china, como era la tradición; su auge mayor se experimentó en la ceremonia del té.
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Este acto de rebeldía que incluía dejar los colores brillantes, las figuras decorativas y la fineza de la cerámica, desafió los cánones de belleza de la época, y se comenzó a enfocar en la profundidad de la sencillez.
Wabi-sabi es una expresión del arte japonés de la impermanencia que, al crear conciencia sobre los estragos del tiempo, la transitoriedad y la muerte, adquiere profundidad y trascendencia. Valora el cambio que produce la naturaleza y el paso del tiempo sobre los elementos y los concibe como belleza.

El Wabi-sabi se ha convertido en un estilo de vida, que ve al mundo tal y como es, sin querer cambiarlo artificialmente. Enseña a ser consciente de que la verdadera belleza no está en la perfección, porque en realidad la perfección no existe.
En Japon el estilo Wabi-sabi se expresa en:
. Alfarería japonesa (Hagi ware),
. Jardines zen y bonsais,
. Arreglos florales (ikebono),
. Música tradicional de los monjes Zen (Honkyoku),
. Poesía japonesa (el haiku)
. Obras arquitectónicas,
. Un estilo de vida austero, rustico y sencillo.
A occidente esta corriente de wabi-sabi solo llegó en la década de los setenta del siglo XX, cuando surgió una resistencia a la modernidad de los productos masivos, poco auténticos, iguales y perfectos. En esta época, se impuso la tendencia de resaltar lo humilde, lo simple, lo asimétrico y lo natural, así que Wabi-sabi fue abiertamente acogido. Ahora existe decoración Wabi-sabi, que algunos califican como rústico o minimalista, porque no tiene artificios ni sofisticación.

El arte Wabi-sabi utiliza materiales naturales y sensibles al paso del tiempo, al clima y al uso diario. Su apariencia es con grietas, decoloración, corrosión, formas asimétricas, errores de diseño. Se ven como señales de envejecimiento. La idea es hacer reflexionar a quien lo observa, acerca de la transitoriedad.
Esta conciencia Wabi-sabi permite valorar cada momento que ofrece la existencia, sin esperar nada. Cada arruga y cada cana de la cabeza son recordatorios de experiencia y de belleza.
La cultura de Wabi-sabi en Japón es la que les ha permitido como pueblo sobrepasar las catástrofes naturales, al encontrar la belleza en las fallas, aceptar la realidad y reparar lo reparable. Todo un tratado de resiliencia.
Articulo escrito por Beatriz Rodríguez para VCSradio.net
Fuentes: hemainteriors.com y travesiasdigital.com