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La demanda de Abogados Cristianos sacude el tradicional Carnaval de Torrevieja, España, donde un grupo de niñas desfiló con vestimenta controvertida. La polémica se desata entre la libertad creativa y la protección infantil. ¿Exhibicionismo o crítica social? La comunidad debate mientras la justicia entra en acción
El Carnaval de Torrevieja, una de las festividades más emblemáticas de la Comunidad Valenciana, ha sido el centro de una controversia reciente que ha generado un intenso debate sobre los límites entre la libertad creativa y la protección de los menores de edad. La organización Abogados Cristianos ha presentado una demanda contra los responsables del desfile, alegando la utilización de menores en un espectáculo que consideran exhibicionista.
El pasado 10 de febrero, en el marco del tradicional carnaval nocturno de Torrevieja, un grupo de niñas desfiló por las calles de la ciudad vestidas con lencería erótica, incluyendo pezoneras, ligueros, medias, tacones y algunas banderas LGBTQ+. Este controvertido performance, titulado “Prometer hasta meter”, ha suscitado críticas y preocupaciones por parte de diversos sectores de la sociedad, especialmente en lo que respecta a la protección de la infancia y la preservación de su inocencia.
La presidenta de Abogados Cristianos, Polonia Castellanos, ha expresado su firme convicción de que se debe actuar en defensa de los derechos de los niños y niñas, argumentando que exponer a menores de edad a este tipo de exhibicionismo constituye un delito. Castellanos ha cuestionado además la concesión de un premio de 650 dólares al contingente, que quedó en cuarto lugar en el concurso de disfraces, calificando esta decisión como una “absoluta vergüenza”.
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La polémica ha alcanzado incluso dimensiones más amplias, con voces que han relacionado el incidente con la problemática de la hipersexualización infantil y el potencial riesgo de alimentar conductas pedófilas. José Andrés Calderón, organizador de un grupo de oración en Ferraz, ha manifestado su preocupación al respecto, sugiriendo que escenas como estas podrían satisfacer a personas con inclinaciones pedófilas.
En respuesta a las críticas, el ayuntamiento de Torrevieja ha defendido la libertad creativa de los participantes en el carnaval, argumentando que cada comparsa tiene total autonomía para decidir los disfraces y las temáticas que desean representar. Según un comunicado oficial, los padres y madres de las niñas involucradas no tenían la intención de hipersexualizar a sus hijas, sino de hacer una crítica a la situación política y social del país.
Mientras tanto, el alcalde Eduardo Dolón ha optado por mantenerse al margen de la controversia, limitándose a elogiar la participación de los contingentes en el desfile nocturno y destacando su contribución a la magia y el color del evento.
El Carnaval de Torrevieja, declarado de interés turístico autonómico y organizado por la Asociación Cultural Carnaval de la localidad, es una celebración arraigada en la tradición y la cultura de la región, en la que participan más de 2000 personas en 30 contingentes. Sin embargo, la reciente polémica ha planteado importantes interrogantes sobre los límites de la libertad creativa, la protección de la infancia y el respeto a los valores éticos y morales en el ámbito de los eventos públicos.
Es fundamental que este debate conduzca a una reflexión profunda y constructiva, que permita encontrar un equilibrio entre la expresión artística y el respeto a los derechos y la dignidad de los menores de edad. La protección de la infancia debe ser una prioridad irrenunciable en cualquier contexto, incluyendo las festividades populares como el Carnaval de Torrevieja.
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