Los obesógenos son sustancias químicas que pueden provocar obesidad, incluso sin comer. Se encuentran en el medio ambiente, en los alimentos y en algunos productos de uso cotidiano.
Los obesógenos son disruptores endocrinos, es decir, sustancias que alteran la función hormonal. En el caso de la obesidad, los obesógenos pueden aumentar el apetito, reducir la capacidad de quemar calorías y alterar el metabolismo de la grasa.
Producen un aumento de la masa del tejido adiposo blanco o masa grasa solo con exponernos a ellos a través de la ingesta (dieta), por contacto o mediante inhalación de aire contaminado.
A día de hoy, en torno a 50 productos químicos han sido catalogados como obesógenos o potenciales obesógenos. Entre ellos están el famoso bisfenol A, los bifenilos policlorados, los ftalatos, los éteres de polibromodifenilos, las sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas, los parabenos, la acrilamida, los alquilfenoles, el dibutilestaño o algunos metales pesados como el cadmio y el arsénico. Forman parte de muchos productos que usamos diariamente (detergentes, alimentos, envases de plástico, ropa, cosméticos…), lo que complica evadir sus efectos.
Los obesógenos se pueden encontrar en una amplia variedad de fuentes, entre ellas:
Pesticidas
Bifenilos policlorados (PCB)
Dioxinas
Ftalatos
Bisfenol A (BPA)
Parabenos
Perfumes
Cosméticos
Plásticos
También pueden estar presentes en algunos alimentos, como:
Carnes rojas
Productos lácteos
Alimentos procesados
Bebidas azucaradas
Estategias para evitarlos
Sabiendo todo esto, ¿qué podemos hacer para eludir la exposición a los obesógenos? Aunque, como hemos comentado, convivimos con ellos en nuestro día a día, algunas prácticas a nivel individual pueden ayudarnos a sortearlos. He aquí algunos consejos:
-No fumar.
-Disminuir el consumo de alimentos y bebidas envasados.
-Reducir el uso de plásticos, así como de ciertos cosméticos y lociones.
-Limitar el consumo de alimentos con pesticidas.
La exposición a los obesógenos puede aumentar el riesgo de obesidad, diabetes tipo 2, enfermedades cardíacas y otros problemas de salud.
Los investigadores todavía están estudiando los efectos de los obesógenos en la salud humana. Sin embargo, los estudios realizados hasta la fecha sugieren que son un factor importante en la epidemia de obesidad a nivel mundial.
Para reducir la exposición a estas sustancias nocivas es importante:
Limitar la exposición a los productos químicos ambientales
Evitar los alimentos procesados
Elegir carnes magras
Leche y productos lácteos sin grasa
Bebidas no azucaradas
Los obesógenos son una amenaza para la salud pública. Es importante tomar medidas para reducir la exposición a estas sustancias químicas.
Escrito por José Hermosa para VCS Radio.net.
Imagen de portada (pixabay/ Bru-nO).
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