Las excursiones de miles de barcos pesqueros, con vínculos con el régimen chino, y que depredan los océanos del mundo, no dejan de ser noticia.
Las afectaciones contra la biodiversidad marítima latinoamericana son de gran magnitud, y a pesar de que los países tratan de regular el sector, sus normas pocas veces se tienen en cuenta. Tal es el caso de las exigencias de Perú.
Perú empezó a exigir a los barcos extranjeros la utilización de un sistema de monitoreo desde el año 2020, pero la norma solo la aplicaron unos pocos navíos, en tanto que la inmensa mayoría las burló y prefirió permanecer en alta mar por períodos que llegan hasta los tres años.
Aquí surgen las denuncias por el trato inhumano al que son forzados los trabajadores, obligados a permanecer a bordo contra su voluntad, bajo condiciones que violan sus derechos básicos.
“Además, hay un aumento general en la frecuencia de los indicadores de trabajo forzoso: el engaño, la retención, la retención de salarios y las horas… Otros indicadores de trabajo forzoso de interés son el abuso de la vulnerabilidad y las condiciones de vida y de trabajo abusivas”, de acuerdo con investigaciones de Greenpeace.
Se calcula que el número de tripulantes alcanza los 16.000, originarios de varios países, y que laboran durante la noche bajo las intensas luces utilizadas para atraer a los calamares gigantes, el principal botín de los pesqueros. De estos pueden capturar alrededor de 600.000 toneladas.
Según el testimonio del chileno, Alexis Olivares, quien trabajó en condiciones de esclavitud en un barco pesquero chino, por 400 dólares mensuales, cuando quiso abandonar la nave le retuvieron sus documentos. “Trabajábamos casi 18 horas diarias y había que levantarse a las 4. El desayuno era un pocillo con arroz y dos pedacitos de pescado, también bebían agua de arroz”.
La pesca ilegal perpetrada por lo barcos chinos se hizo habitual. En Argentina, centenares de pesqueros incursionan en su mar territorial en busca de la valiosa carga, y se escapan antes de ser confiscados por las autoridades. Casos similares son frecuentes en los mares de Chile y Ecuador.
Las violaciones de los barcos pesqueros vinculados al régimen comunista chino también se registran contra las naves de países asiáticos vecinos, como Vietnam. En algunos casos embisten contra naves de menor tamaño y roban sus herramientas, instrumentos y hasta la pesca que hayan obtenido, tal como relató The South China Morning Post.
“Los barcos chinos han atacado, hundido, destruido o robado más de 4.000 barcos pesqueros de pescadores vietnamitas”, según Nguyễn Văn T, viceministro de Agricultura y Desarrollo Rural de Vietnam, entre los años 2015 y 2017. Las denuncias de Filipinas son parecidas.
Adicionalmente, se apoyan en la llamada táctica de zona gris, con base en la cual efectúan la extorsión económica, ocupación territorial, intimidación o violencia sin entrar en un conflicto armado de alta intensidad para lograr ciertos objetivos. Y dentro de esta táctica, el régimen chino usa también las brechas legales internacionales para obtener ventajas.
Escrito por José Hermosa para VCS Radio.net.
Locución, Ignacio Lo Bello
Imagen de portada: Embarcaciones pesqueras chinas. (Toma de pantalla: YouTube/The France 24 Observers).
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