Ya son varios los países industrializados que han puesto en duda la transparencia y la gestión del régimen chino, en el manejo de la crisis producida por el virus de Wuhan, y han solicitado investigaciones independientes que aclaren la verdadera responsabilidad del gobierno chino en la pandemia.
Este tema fue denunciado inicialmente por EEUU, y después se sumaron países como el Reino Unido, Francia y Alemania. Aunque China siempre ha rechazado las acusaciones, las voces inconformes siguen creciendo a medida que se evidencia no solo la manipulación de la información al comienzo de la crisis, sino la complicidad de la OMS, generándose la crisis mundial actual.
Así mismo, el último país que se sumó a estas protestas fue Australia cuando el primer ministro, Scott Morrison, declaró la necesidad de “abrir una investigación independiente” sobre el origen del virus en China, así como su respuesta inicial a la emergencia sanitaria.
Esta declaración desató la furia del régimen comunista chino, el cual nunca acepta críticas, no importa de dónde vengan. Al respecto, el embajador chino en Australia, Cheng Jingye, declaró en una entrevista con el Australian Financial Review, que el pueblo chino estaba decepcionado con la actitud de Australia, y que “Si el estado de ánimo va de mal en peor, la gente pensará ‘¿por qué deberíamos ir a un país que no es tan amigable con China?’ Los turistas pueden tener dudas… Depende de la gente decidir. Tal vez la gente común dirá: ‘¿Por qué deberíamos beber vino australiano? ¿Comer carne australiana?”.
Como respuesta a esta amenaza directa, la ministra de Exteriores australiana, Marise Payne, afirmó en The Sydney Morning Herald, que no es momento para las intimidaciones sino para la “cooperación” mundial. Concluye que el gobierno australiano rechaza “cualquier sugerencia de coerción económica, la cual considera una respuesta inapropiada cuando lo que se necesita es una cooperación global”.
Así pues, esta confrontación, refleja claramente el accionar agresivo del régimen chino, ante la posibilidad de que se expongan sus procedimientos oscuros en el manejo de situaciones críticas, sin importarle dañar a toda la humanidad; esto, debería ser considerado cuidadosamente por los países afectados. También queda claro que el régimen comunista chino utiliza la cooperación comercial y tecnológica, como parte de su maquinaria de propaganda y expansión global.
Finalmente, podemos afirmar que, si los países afectados por esta pandemia no se ponen de acuerdo para tomar decisiones conjuntas, mirando solo sus objetivos a corto plazo, tendrán que resignarse a ver cómo este imperio en ascenso los doblega uno a uno, y cuando quieran reaccionar ya tendrán las manos atadas.
Fuentes: Abc e Infobae
Redacción Carlos Morales para vivir con sabiduría.uno