
Michel Bachelet, alta comisionada para los derechos humanos de la ONU. Wikimedia Commons
6 minutos de lectura. La ONU publicó un reporte sobre las violaciones de derechos humanos en Xinjiang, China, en el que advierte sobre “crímenes contra la humanidad”.
Michelle Bachelet, de la Oficina de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, después de su visita a Xinjiang en China en mayo pasado, presentó un informe muy esperado por el mundo sobre la investigación que realizaron en esa región acerca de los abusos de los derechos humanos a la población uigur.
Xinjiang, también llamada Región Autónoma Uigur, está ubicada en el occidente de China. Allí viven minorías musulmanas como los uigures y los kasajos. Grupos de derechos humanos estiman que más de un millón de musulmanes han sido detenidos arbitrariamente en los centros de reclusión que se conocen como “campos de reeducación” en China.
Bachelet realizó su viaje en mayo pasado a la región de Xinjiang, el Tíbet, Hong Kong y otras partes de China para inspeccionar la situación allí. Habló con funcionarios del gobierno, organizaciones civiles, académicos, culturales y lideres religiosos. Recibió testimonios de afectados directos en la violación de sus derechos.
La Comisionada concluye que “las denuncias de patrones de tortura o malos tratos, incluidos los tratamientos médicos forzados y las condiciones adversas de detención, son creíbles, al igual que las denuncias de incidentes individuales de violencia sexual y de género”.
Credibilidad del Informe
Según la Bachelet, el informe “está basado en una rigurosa revisión del material documental del que dispone actualmente la Oficina, y que su credibilidad está evaluada de acuerdo con la metodología estándar de los derechos humanos”.
“Se prestó especial atención a las propias leyes, políticas, datos y declaraciones del Gobierno. La Oficina también solicitó información y entabló un diálogo e intercambios técnicos con China a lo largo del proceso”.
El portavoz de la ONU, Stéphane Dujarric, en rueda de prensa en Nueva York, señaló que el secretario general Antonio Guterres había leído la evaluación de la Oficina de la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, que “identifica claramente violaciones graves de los derechos humanos en la región de Xinjiang, en China”.
Dujarric apuntó que el secretario general Guterres “espera que el gobierno de China tome en cuenta las recomendaciones presentadas en la evaluación”, al mismo tiempo recalcó “la independencia de la Oficina de Derechos Humanos que elaboro el informe”.
Abusos en Xinjiang señalados por la ONU
El informe presenta los siguientes abusos:
- Detenciones arbitrarias a gran escala
En cárceles de alta seguridad se detienen a personas sospechosas de actos de terrorismo, sin un debido proceso y por tiempo indefinido.
Llevar un velo las mujeres o llevar barba los hombres, tener demasiados niños, no usar pasaportes, son signos de tener un riesgo “extremista”, y pueden ser detenidos posteriormente.
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- Torturas y violaciones
Se han hallado denuncias “creíbles” de torturas y agresiones sexuales especialmente a mujeres en los centros de detención de Xinjiang.
Personas entrevistadas por la ONU confiesan haber sido torturadas con bastones eléctricos, mientras estaban atados de pies y manos en la llamada ‘silla de tigre” que usa la policía china para dejar sin movilidad a los detenidos mientras los interrogan.
Además, los han forzado a seguir tratamientos médicos sin una explicación válida y haber padecido violaciones y exámenes ginecológicos invasivos. La evidencia es abrumadora, basada en testimonios de las víctimas.
- Esterilizaciones y abortos
Hay testimonios ante la ONU de mujeres que dicen haber sido “forzadas a abortar o a insertarse dispositivos intrauterinos anticonceptivos”.
La Alta Comisionada de la ONU advierte que hay indicaciones ciertas de violaciones de los derechos reproductivos por medio de la aplicación de políticas de planificación familiar.
- Violación de la libertad religiosa
El informe reprocha las “excepcionalmente amplias interpretaciones de extremismo” de China, que criminaliza actividades “conectadas a disfrutar la vida cultural y religiosa”.
También se incluyen informes “profundamente preocupantes” sobre la destrucción de mezquitas y cementerios en la región.
Usar el velo que cubre la cabeza y el pecho o el Hiyab o asignar nombres musulmanes a los niños se considera como “extremismo religioso”, trayéndoles graves consecuencias.
- Trabajos forzados
La ONU halló también en el informe indicaciones de “elementos de coerción” en algunos programas de empleo en Xinjiang, que coinciden con grandes denuncias de trabajos forzados dadas por Estados Unidos y otros países occidentales.
El informe cita comunicados del gobierno que hablan sobre transferir a internos de centros vocacionales a fábricas, y se pregunta si “tales programas pueden considerarse totalmente voluntarios”.
Respuesta del Gobierno Chino
El gobierno chino concluyó en su respuesta al Informe que las autoridades de Xinjiang actúan de acuerdo con el principio de la igualdad de todas las personas ante la ley, “y la acusación de que su política está basada en la discriminación carece de fundamento”.
Así mismo China dijo que sus esfuerzos “antiterroristas” y de “desradicalización” en la región, se han llevado a cabo de acuerdo con “el estado de derecho”, y de ninguna manera se sumaban a la “supresión de las minorías étnicas”.
Sobre los centros de formación profesional, China argumentó que son “instalaciones de aprendizaje establecidas de acuerdo con la ley y destinadas a la desradicalización y no campos de concentración”.
China señala que está persiguiendo a los terroristas entre la minoría uigur, con una estrategia de lucha contra el extremismo, que implica el uso de los llamados Centros de Educación y Formación Profesional o campos de reeducación.
Recomendaciones del informe
La Oficina de derechos humanos de la ONU en su informe hace una serie de recomendaciones a China:
– El gobierno chino tome “medidas rápidas” para liberar a los presos encarcelados de manera arbitraria en los diversos centros de detención en la región de Xinjiang.
– El gobierno chino debe dar información exacta a las familias sobre el paradero de las personas detenidas, establecer medios de comunicación seguros con estas personas y permitir que las familias se puedan reunir.
– El gobierno chino debe permitir de manera urgente la investigación sobre las denuncias de violaciones de derechos humanos en los centros de detención, tales como torturas, violencia sexual, trabajos forzados, tratamiento médico obligado y hasta muertes de presos bajo custodia.
– China debe realizar una revisión jurídica de sus políticas de seguridad nacional y antiterrorista en Xinjiang, “para garantizar su plena conformidad con el derecho internacional vinculante en materia de derechos humanos”, y derogar cualquier ley que no cumpla las normas internacionales.
Al final del informe, la Oficina advierte que el alcance de las detenciones arbitrarias contra los uigures y otras personas, en el contexto de “las restricciones y la privación más general de los derechos fundamentales, individuales y colectivos, pueden constituir crímenes internacionales, en particular crímenes contra la humanidad”.
Según Naciones Unidas, ésta es la detención más grande de minorías étnicas y religiosas desde el holocausto nazi. No podemos quedarnos de brazos cruzados.
Artículo escrito por Margarita Restrepo
Fuente: news.un.org/es/
Foto: Wikimedia commons
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