La respiración es una actividad esencial para la vida. Sin embargo, también es una actividad que suponen los ideólogos que contribuye al cambio climático.
Para miles de científicos todo el asunto del pretendido cambio climático no es más que un engaño, perpetrado para manipular a la humanidad y emitir medidas de coerción y manipulación, similares y peores que las implementadas durante la pandemia del Covid, que terminó convertida en una simple gripe.
Si bien es cierto que cuando respiramos, liberamos dióxido de carbono a la atmósfera, es absurdo pensar que esas emanaciones se convierten en un peligro para el planeta.
El dióxido de carbono es un gas de efecto invernadero que atrapa el calor del sol, lo que contribuye al supuesto calentamiento global, pero que es un fenómeno natural que propicia el bienestar de la flora y conscientemente la fauna del planeta.
Según la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA), la respiración humana representa alrededor del 0,03% de las emisiones globales de dióxido de carbono.
Para algunos científicos, aunque se duplicara el contenido de dióxido en el planeta, el aumento de la temperatura no sería sustancial, ni causaría ningún daño.
Las emisiones de dióxido de carbono de la respiración provienen de la descomposición de los alimentos que comemos. Cuando comemos, nuestro cuerpo descompone los alimentos en moléculas más pequeñas que pueden ser absorbidas por las células. Este proceso produce dióxido de carbono como subproducto.
También liberamos dióxido de carbono cuando hacemos ejercicio. El ejercicio aumenta la respiración, lo que aumenta la cantidad de dióxido de carbono que se libera a la atmósfera.
Emisiones de dióxido de carbono de la respiración
Las emisiones de dióxido de carbono de la respiración se pueden clasificar en dos categorías:
Emisiones basales: Estas son las emisiones que se producen en reposo, sin hacer ejercicio. Las emisiones basales representan alrededor del 70% de las emisiones de dióxido de carbono de la respiración.
Emisiones de ejercicio: Estas son las emisiones que se producen durante el ejercicio. Las emisiones de ejercicio representan alrededor del 30% de las emisiones de dióxido de carbono de la respiración.
Factores que afectan las emisiones de dióxido de carbono de la respiración
Las emisiones de dióxido de carbono de la respiración se ven afectadas por una serie de factores, entre los que se incluyen:
El tamaño del cuerpo: Las personas más grandes producen más dióxido de carbono que las personas más pequeñas.
La edad: Las personas mayores producen más dióxido de carbono que las personas más jóvenes.
El sexo: Los hombres producen más dióxido de carbono que las mujeres.
El nivel de actividad física: Las personas más activas producen más dióxido de carbono que las personas menos activas.
Todas estas actividades son normales y no generan ningún daño, por el contrario, son beneficiosas para el ser humano.
Sin embargo, los teóricos del supuesto cambio climático pretenden inculcar un sentimiento de culpa en las personas por algo tan normal y espontáneo como el respirar.
Por ello, incluyen unas ‘recomendaciones’ para reducir nuestras emisiones de dióxido de carbono de la respiración:
Reducir nuestra ingesta de carne: La carne es un alimento que produce más dióxido de carbono que otros alimentos.
Hacer ejercicio de forma moderada: El ejercicio excesivo puede aumentar las emisiones de dióxido de carbono.
Escrito por José Hermosa para VCS Radio.net.
Imagen de portada (Toma de YT / @Mentortalks).
También le podría interesar: