5 minutos de lectura. Karl Marx logró su propósito de ser adorado como un dios en todos los países que son comunistas
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Desde su origen, el Partido Comunista Chino (PCCh) junto a sus ligas menores –Los jóvenes
pioneros y la liga de la juventud comunista- han inducido a sus integrantes a que juren, en esta
vida y más allá, que se consagrarán a seguirlos por siempre, ya que, desde Karl Marx, han estado
atacando a todas las creencias espirituales y religiones.
Vamos a exponer en este artículo, la razón por la que el ateo régimen chino, desea esta lealtad eterna.
El rechazo a la religión y el culto al satanismo
La religión siempre enseña a los fieles a ser personas buenas y a venerar lo divino; en cambio Marx
dijo: “La religión es el opio del pueblo” y “El comunismo empieza en donde empieza el ateísmo”.
Pero, ¿por qué razón Marx repudiaba la religión?
De joven, Marx era un cristiano devoto que llevaba una vida digna, hasta que se involucró en el
satanismo, que existe desde siglos antes que Marx. Las creencias de fe tradicionales mantienen los
valores morales, pero el satanismo pretende destruir al hombre con su naturaleza oscura, ya que,
desde un principio este se formó mediante una sociedad secreta en donde se realizaban actos
sexuales aberrantes como el incesto y se consumía alcohol.
Origen del ateísmo
Hay un poema de Marx titulado “La doncella pálida”, en el que éste escribe:
Por tanto, el Cielo he perdido, esto yo bien lo sé.
Mi alma, otrora fiel a Dios, seleccionada está para el infierno.
De acuerdo con Richard Wurmbrand, el autor de “Marx y Satán”, para saciar sus deseos personales, Marx le vendió el alma al diablo. Marx escribió en el poema “Sobre Hege”:
Desde que encontré lo más alto de las cosas y también las profundidades de ellas, Grosero soy como un Dios, oculto en la oscuridad como un Dios.
Karl Marx logró su propósito de ser adorado como un dios en todos los países que son comunistas,
pero combatiendo todo credo existente en dioses; por eso la humanidad ha pagado un alto precio.
El número de víctimas asesinadas es cercano a 100 millones, perpetrado por los regímenes
comunistas de La Unión Soviética, China, Corea del Norte, Vietnam, Camboya y Cuba.
Marx consideró que el hecho de que todos se enteraran de su afiliación a Satanás, era algo muy
despreciable para los humanos, por lo que simplemente lo llamó ateísmo. Promovió el odio a todo
lo divino para satisfacer sus bajos deseos y lograr que la sociedad ya no tuviera valores morales.
Destrucción de la moralidad
El objetivo de Marx fue el de acabar con todas las religiones y con toda la moral humana, según
escribió en “El Manifiesto comunista” ya que “los comunistas no predican absolutamente ninguna
moral”.
En la tumba de Karl Marx, ubicada en el cementerio londinense de Highgate, se llevan a cabo ritos
de magia negra. Es el centro del satanismo británico. De igual manera los miembros del PCCh
presentan sus respetos, cada vez que visitan Londres, en este sitio.
Wurmbrand dijo que los satánicos realizan una misa negra a media noche en la que queman una
Biblia y todos los congregados se comprometen a jamás hacer el bien y llevar a cabo los siete
pecados capitales del catecismo católico; luego hacen una orgía.
Cuando, por ejemplo, en el budismo, una persona desea convertirse y ser un monje, se le pregunta
si puede prometer nunca atentar contra ninguna vida de aquí en adelante; se les prohíbe matar.
Pero el PCCh, con su juramento de dedicar la vida por siempre al satanismo de Karl Marx, quiere
tener control sobre el alma de las personas en esta vida y más allá, llevándolas hacia el infierno.
Tal y como afirma David Satter, el principal investigador del Instituto Hudson, en su artículo de
2017 llamado “100 años de comunismo y 100 millones de muertos”: “Eso convierte al comunismo
en la mayor catástrofe en la historia de la humanidad”.
Llamado a despertar de consciencia
En “Marx y Satán”, de 1986, Wurmbrand escribió: “El marxismo ha gobernado a más de un tercio
de la humanidad. Si pudiera demostrarse que los creadores y autores de este movimiento eran en
realidad adoradores del diablo a puerta cerrada, que utilizaban conscientemente poderes
satánicos, ¿no exigiría esta asombrosa constatación la adopción de medidas?”.
La Masacre de la Plaza de Tiananmén orquestada por el régimen chino en 1986, fue olvidada muy rápido por el resto del mundo. China recibió en su momento asistencia financiera y diplomática, lo que la ha convertido en una potencia que amenaza al resto de países.
Es necesario que todos nos enteremos y expongamos esta realidad para desenmascarar a este
régimen que solo le ha traído desgracia a su propio pueblo y también al mundo con su ideología
comunista. En los últimos tres años de la pandemia, es mucha la desinformación y la censura que
ha ejercido y que, si no reaccionamos y lo rechazamos, podría destruir el mundo.
Artículo escrito por Darío Chaparro para VCS Radio.net
Narración: Ana Flores
Basado en información de Minghui.org