La inflación en Colombia aumenta al ritmo más acelerado de las últimas dos décadas, deteriorando seriamente el desempeño del gobierno del presidente Gustavo Petro. El Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) ubicó en el 13,12% el índice de la inflación para 2022, un nivel que ya se había dejado en 1999. Es decir, que casi se triplicó en tan solo 1 año, dado que la cifra del año anterior fue de 5,62%.
Estos resultados tan solo son superados en América Latina por Venezuela y Argentina, países con gobiernos socialistas, también, como el de Petro.
Los productos más afectados son los alimentos y las bebidas no alcohólicas, cuyos precios se incrementaron en el 27,81%.
Si bien el gobierno del año 2022 fue compartido por los presidentes Iván Duque y Gustavo Petro, a este último se le atribuye la tarea de enderezar el resultado de la economía nacional.
En este sentido, el director de Fedesarrollo, Luis Fernando Mejía, no ve una salida fácil, al proyectar:
“Tenemos que prepararnos como colombianos para un año difícil en materia económica, especialmente por la combinación de una alta inflación y un crecimiento económico que seguramente estará bastante por debajo de lo que tuvimos en 2022”.
Otro de los indicadores económicos que preocupa a los colombianos es el de la devaluación del peso. A los pocos días de iniciado el nuevo gobierno, el valor del dólar aumentó de los 4.300 pesos a los 5.000, nivel que sostiene todavía.
Además, la polémica reforma tributaria, con la que la administración Petro procura obtener 20 billones de pesos, es una más de las grandes cargas que afectarán el bolsillo de los colombianos.
Por otro lado, la Ley de paz total que aprobó el gobierno Petro, añade incertidumbre al desempeño de esta administración.
Con base en esta herramienta jurídica se pretende negociar con los actores violentos que operan en el país, en busca de un acuerdo que termine con la violencia en Colombia.
No obstante, los analistas opinan que, aunque se logren y se respeten esos acuerdos, el vació que queda será ocupado por nuevos actores armados, quienes, a su vez, generarían nuevos ciclos de violencia.
Asimismo, consideran que los grandes ingresos que proporcionan las economías como la minería ilegal, el contrabando y el cultivo y procesamiento de coca tenderían a ser captados por nuevos capos, en ausencia de la legalidad y la presencia estatal en estas zonas desprotegidas.
Escrito por José Hermosa para VCS Radio.net
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