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5:12 minutos. A lo largo de los siglos, la magia del número 7 se ha considerado fundamental en Occidente. A continuación puede leer o escuchar las razones de esto.
¿Cuál es la magia del número 7?
Mágico, simbólico, místico, afortunado, cabalístico, apocalíptico… ¿qué otro adjetivo necesita el número 7 para ser el favorito de todos?
Desde las primeras líneas del Génesis, ya aparece el número 7, cuando se nos relata que, después de la creación, Dios descansó el séptimo día. Por este motivo, los judíos decretaron, siglos antes que otras culturas, que la semana tendría siete días y el último, sábado, sería de descanso.
Pero ya los babilonios asociaban el 7 al cosmos, por los siete planetas conocidos, los cuales a su vez fueron la base de la astrología. Igualmente, relacionados con los planetas clásicos se encuentran los siete metales planetarios de la alquimia: oro, plata, cobre, hierro, estaño, mercurio y plomo.
Pero no solo fueron los planetas: la luna tiene un ciclo de 28 días y este ciclo está compuesto por cuatro fases, cada una de siete días. Naturalmente, este fenómeno también contribuyó a la conformación de la semana desde los primeros tiempos.
Si observamos una disciplina mucho más profunda, en el hinduismo se habla de los siete chakras, o centros de energía del cuerpo humano. El Talmud habla de la existencia de siete cielos, mientras el Islam habla de siete infiernos.
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Pero la Biblia es, posiblemente, el libro que más referencias hace a este número. Recordemos los siete pecados capitales, los siete cielos para las órdenes angélicas y la construcción del templo de Salomón en siete días. El filósofo cristiano platónico Calcidio, en el siglo IV dijo: “este número ha sido considerado como el mejor, porque se ha observado que es la regla de muchos fenómenos producidos por las leyes naturales”.
En el Apocalipsis, puede decirse que el número 7 llega a su apogeo, pues aparece más de cincuenta veces. Están los siete sellos, las siete trompetas, siete plagas, un cordero con siete cuernos y siete ojos, un dragón con siete cabezas, siete mil hombres, en fin, parece ser el número fundamental de ese libro.
Tal vez el pueblo chino sea la excepción a la preferencia por el 7, pues allí el 8 ocupa el lugar de preferencia. En el taoísmo, las ocho direcciones (Bafang), representan todo el universo en la concepción espacial. Aun así, en el confucionismo el siete simboliza la unión y la armonía, ya que es considerado como la fusión del Ying y el Yang con los cinco elementos, por lo que es un número de característica positiva.
Pero así mismo, no podemos olvidar a los siete sabios de Grecia, las siete maravillas de la antigüedad, las siete deidades de la fortuna en la mitología japonesa o los siete brazos del candelabro judío.
Posiblemente se nos haría infinita la lista de referencias al número siete desde los primeros albores de la civilización. Es muy seguro que, además de todo lo anterior, también el hecho de que se trata de un número singular entre los demás dígitos, contribuya a que se haya destacado a través de la historia. Por lo tanto, se le considera de buena fortuna y, para muchos, como el número favorito, así no tengan claro el porqué de esta preferencia.
Aunque siendo racionales, deberíamos pensar que un número es simplemente la representación de una cierta cantidad, a través de un símbolo. Pero lo cierto es que desde muy temprano en la historia se le dieron ciertas atribuciones a cada uno de ellos. Y por una suma de razones (en realidad, literalmente, es una suma bastante numerosa), el 7 se ganó, con el pasar del tiempo, un sitio privilegiado en la imaginación colectiva.
Escrito por Carlos Morales G. Para VCSradio.net
Música de fondo: El espejo del caos, de Di Evantile
Foto de portada: Pxfuel.com
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