Una mujer residente en São Carlos, un municipio del estado de São Paulo, Brasil estaba llegando tarde al trabajo porque a pesar de programar su despertador este no sonaba lo suficiente o no sonaba nada, y por eso empezó a sospechar de un posible culpable.
Después de elaborar su estrategia junto con su compañera de habitación y ponerla en marcha descubrió al responsable: Joaquim el gato de la casa; el travieso minino cayó en la trampa.
Todas las pruebas quedaron registradas en el celular de una de las residentes que filmó la escena completa.
En cuanto empezaba a sonar la alarma el gato saltaba de su mueble y corría hasta la mesita en la que se hallaba el “ruidoso” artefacto y lo manipulaba repetidas veces con su patita hasta que dejaba de emitir esos sonidos.
Lejos de reprenderlo las chicas no pudieron aguantar la risa y terminaron acariciando a su peluda mascota.
Redacción Bles