7 Minutos. Todos somos diferentes es un divertido cuento de animales que enseña sobre el respeto por las diferencias de los demás y que puedes escuchar o leer a continuación:
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TODOS SOMOS DIFERENTES
Cuenta una historia que varios animales decidieron abrir una escuela en el
bosque. Se reunieron y empezaron a elegir las disciplinas que serían
impartidas durante el curso.
-El vuelo es un tema importante que se debe enseñar en la escuela-.
Dijo el pájaro mientras revoloteaba por el aire.
–La natación debe ser incluida en el currículo-.
Afirmó el pez, lanzándose de nuevo al río.
-Es fundamental enseñar a subir árboles en forma perpendicular-.
Aportó la ardilla señalando hacia arriba.
–Por supuesto las carreras deben estar en el programa de disciplinas de la escuela-.
Decía el conejo con cara de seriedad.
Y así siguieron los demás animales, sin saber que cometían un gran error.
Todas las sugerencias fueron consideradas y aprobadas. Era obligatorio que
todos los animales practicasen todas las disciplinas.
Al día siguiente, empezaron a poner en práctica el programa de estudios. Al
principio, el conejo salió magníficamente en la carrera; nadie corría con tanta
velocidad como él. Sin embargo, las dificultades y los problemas empezaron
cuando el conejo se puso a aprender a volar. Lo pusieron en una rama de un
árbol, y le ordenaron que saltara y volara.
El conejo saltó desde arriba, y el golpe fue tan grande que se rompió las dos
piernas. No aprendió a volar y, además, no pudo seguir corriendo como antes.
Al pájaro, que volaba y volaba como nadie, le obligaron a excavar agujeros
como a un topo, pero claro, no lo consiguió. Por el inmenso esfuerzo que tuvo
que hacer, acabó rompiendo su pico y sus alas, quedando muchos días sin
poder volar. Todo por intentar hacer lo mismo que un topo.
La misma situación fue vivida por un pez, una ardilla y un perro que no
pudieron volar, saliendo todos heridos. Al final, la escuela tuvo que cerrar sus
puertas. ¿Y saben por qué? Porque los animales llegaron a la conclusión que el oso explicó muy claramente:
-Todos somos diferentes. Cada uno tiene sus virtudes, habilidades, y
también sus debilidades-.
Un gato jamás ladrará como un perro, o nadará como un pez. No podemos
obligar a que los demás sean, piensen, y hagan algunas cosas como nosotros.
Lo que vamos a conseguir con eso es que ellos sufran por no conseguir hacer
algo de igual manera que nosotros, y por no hacer lo que realmente les gusta.
Debemos respetar las opiniones de los demás, así como sus capacidades,
habilidades y limitaciones. Si alguien es distinto a nosotros, no quiere decir que
él sea mejor ni peor. Es apenas alguien diferente a quien
debemos respetar.
Cuento escrito por Pablo Zevallos de Brasil, tomado de guiainfantil.com