Fox News revela el horror de la sustracción forzada de órganos en China


Nadie podría pensar que tener Hepatitis C fuera algo bueno, pero fue una bendición para una persona, pues este diagnóstico le salvó la vida, revela Fox News en un nuevo reporte sobre la extracción forzada de órganos de creyentes en China.

Después de su arresto en el año 2000, Jennifer Zeng, practicante de Falun Dafa en China, fue sometida a un intenso interrogatorio sobre su historial médico en un campo de trabajo en el condado chino de Daxing.

En una entrevista con Fox News, Zeng relató que informar que había sufrido de hepatitis C antes de practicar Falun Dafa, seguramente le permitió escapar de que le extirparan sus órganos para venderlos a personas adineradas que buscan desesperadamente un órgano en China.

“Tener hepatitis C tal vez me descalificó como donante de órganos”, dijo Zeng a Fox News

Durante casi dos décadas, el régimen comunista ha encarcelado a miles de practicantes de Falun Dafa, y a otros grupos religiosos minoritarios, para extraerles sus órganos. Las víctimas a menudo estaban vivas antes de que los órganos vitales sean sacados por la fuerza, muchas veces sin anestesia.

Este horror ha sido encubierto por el régimen chino, y ha sido muy difícil de probar. Eso es, hasta hace poco.

La Coalición Internacional para Acabar con el Abuso de Trasplantes en China (ETAC por sus siglas en inglés), un tribunal internacional de derechos humanos, presentó sus resultados concluyentes en junio de este año, después de 12 meses de evaluación independiente por parte de un panel de siete miembros del Tribunal de China.

Los investigadores interrogaron a más de 50 testigos, peritos, investigadores y analistas en audiencias públicas celebradas en abril y diciembre de 2018. El tribunal también evaluó las presentaciones escritas, los informes de investigación y los documentos académicos.

El Presidente del Tribunal fue Sir Geoffrey Nice QC, quien dirigió anteriormente el enjuiciamiento de Slobodan Milosevic en el Juicio Penal Internacional para la ex Yugoslavia, declaró que con “certeza, en China, la extracción forzada de órganos de los presos de conciencia se ha practicado durante un período de tiempo considerable”.

 “La recolección forzada de órganos es de una perversidad sin comparación con los asesinatos por crímenes masivos cometidos en el siglo pasado”, dijo Nice en una declaración.

Se estima que el creciente negocio de trasplantes en China tiene un valor de más de mil millones de dólares anuales, y el tribunal presentó pruebas abrumadoras.

“La recolección forzada de órganos ha sido realizada durante años, y los practicantes de Falun Dafa han sido una y probablemente la principal fuente de suministro de órganos”, concluyó el informe.

Algunos testigos que prestaron testimonio ante el tribunal también fueron entrevistados por Fox News, entre los cuales están:

Han Yu quien fue secuestrado el 20 de julio de 2015 durante 37 días y recluido en el Centro de Detención del Distrito de Haidian en Beijing, recordó cómo su padre, también practicante de Falun Dafa, desapareció en el sistema carcelario de China en 2004, después de ser arrestado por negarse a renunciar a su fe, y tres meses después, se notificó a la familia de su muerte. Las autoridades permitieron ver el cuerpo solo un mes después en la morgue del distrito de Liangxiang, Xiao Zhuang, mientras permanecían bajo estricta vigilancia.

“Vi heridas obvias en su cara, incluso después del maquillaje, el hematoma severo debajo de su ojo izquierdo sobresalía. Había un rastro de puntos de sutura desde la garganta hasta donde cubría su ropa”, recordó Yu. “Traté de desabrochar la ropa, la policía me vio y me sacó rápidamente. Más tarde, otro miembro de la familia entró y continuó desabotonando y encontró puntos de sutura que llegaban hasta el estómago”. No hubo autopsia, y las autoridades cremaron rápidamente su cuerpo.

 “Ni siquiera se nos permitió llorar cuando fue enterrado”, dijo Hu. “Después de que me enteré de las extracciones de órganos, pude imaginar lo que le pasó a mi padre antes de su muerte. Sucedió, y está sucediendo”, agregó.

Por otro lado, Jiang Li también cree que su padre, Jiang Xiqing, fue asesinado por sus órganos. Fue arrestado en mayo de 2008 y enviado a un campo de trabajos forzados. Jiang y tres miembros de su familia lo visitaron el 27 de enero de 2009.

“Su salud mental y física era normal. Luego, a las 3:40 p.m. del día siguiente, el campo de trabajo llamó a mi hermano y le dijo que había muerto e inmediatamente colgó”, contó Liang. “Siete de los miembros de mi familia llegaron a la morgue a las 10:30 p.m. con la guía de oficiales de policía. Ellos leyeron en voz alta las reglas: podíamos ver el cuerpo durante sólo cinco minutos, sin cámaras ni dispositivos de comunicación, y sólo podíamos ir a la sala de congelación para ver la cabeza de Jiang y no todo su cuerpo”.

Sin embargo, la hermana de Jiang se agachó para tocar la cara de su padre y gritó; su cuerpo estaba caliente; él todavía estaba vivo.

“Sacamos el cuerpo de mi padre a la mitad. Le tocamos el pecho, y estaba caliente. Llevaba una chaqueta de plumas. Mi hermana mayor se preparó para realizar la reanimación cardiopulmonar”, continuó Li. “Pero fueron sacados a la fuerza del congelador por cuatro personas. Oficiales uniformados y vestidos de civil empujaron el cuerpo de mi padre al congelador. Nos exigieron que firmáramos rápidamente para la cremación y pagáramos los honorarios”.

Después de tratar de obtener justicia por su asesinato, la familia ha sido intimidada, sus abogados han sido encarcelados, su casa ha sido allanada, y Li fue despedida en 2010 sin razón aparente, y detenida.

Muchos sobrevivientes describen las constantes pruebas físicas, ultrasonidos, análisis de sangre y radiografías a las que fueron sometidos durante su detención. Esto es una prueba más del horroroso plan del régimen de seleccionar a las víctimas para la extracción forzada de órganos.

El Centro de Investigación de la Cosecha de Órganos de China (COHRC por sus siglas en inglés) también testificó ante el Tribunal de China. Había llevado a cabo años de trabajo encubierto y en julio publicó su propio informe condenatorio: “Los asesinatos a petición de los presos de conciencia son impulsados por el Estado, dirigidos a escala industrial y llevados a cabo por instituciones militares y civiles”.

Se cree que la práctica de extraer por la fuerza órganos de los presos de conciencia comenzó en China en la década de 1990, pero se intensificó después de que la persecución de Falun Dafa comenzó en julio de 1999.

Fuente: Minghui