5 minutos. Los cuatro brahmanes y el león nos dice que a veces es más importante la prudencia que la sabiduría.
Los cuatro brahmanes y el león
Cuatro amigos que vivían en un pequeño pueblo de la India, se habían convertido en brahmanes, por lo que siempre andaban juntos. Pero de ellos, solo tres habían logrado las más grandes alturas del conocimiento, aunque les faltaba cordura en sus acciones. El cuarto amigo era indiferente ante el conocimiento, pero era muy prudente.
Cierto día, debatiendo sobre su vida en esa alejada aldea, decidieron que debían viajar para conocer otros reinos y alcanzar un mejor destino. Sin embargo, antes de salir, uno de ellos objetó:
-Nosotros vamos a buscar la fortuna y el favor de los reyes, y para eso, nuestra sabiduría y conocimiento son herramientas eficaces. Pero ¿debemos compartir nuestras ganancias con alguien que tiene cordura, pero es un ignorante? Creo que debemos dejarlo.
-Estoy totalmente de acuerdo –dijo otro-. Realmente solo sería un lastre en el viaje.
Pero el tercero replicó:
-A mí no me parece correcto ese proceder. Hemos sido amigos desde pequeños, crecimos juntos y no es justo que ahora lo dejemos. Ven, yo me hago responsable de que recibas tu parte en todos los beneficios que obtengamos.
Dichas estas palabras, iniciaron su camino, internándose en un bosque muy poco transitado. Al cabo de algunas horas, se recostaron para descansar bajo un árbol. Mientras conversaban, de repente observaron unos huesos de león dispersos cerca del árbol. Uno de ellos interrumpió la conversación y les propuso:
-Estos huesos me dan la idea de que debíamos ejercitar nuestros conocimientos. ¿Qué les parece si resucitamos ese animal?
-Me parece muy bien –dijo uno-, yo puedo componer el esqueleto.
-Yo sé cómo retribuirle la piel, la carne y la sangre –dijo el segundo-.
El tercero complementó:
-Yo me encargo de darle vida nuevamente.
En seguida pusieron manos a la obra. El primero compuso el esqueleto, y en seguida su compañero suministró los órganos y la piel. Entonces, el tercero se dispuso a ejecutar el paso más difícil, devolviéndole la vida. Pero el hombre cuerdo, que había permanecido callado, observó:
-Recuerden que se trata de un león. Si lo resucitan, nos matará a todos, pues al darle vida también le estarán devolviendo su naturaleza.
El tercer amigo lo miró con burla y le dijo:
-¿Ves lo que yo siempre he dicho? Eres muy simple, no entiendes nada de los principios de la sabiduría. Ya llegamos hasta acá, y no seré yo quien detenga este proceso milagroso.
-Muy bien –Le contestó el amigo prudente-. Si es lo que deciden, no me opongo. Pero espera un momento mientras me subo a este árbol.
Tan pronto como estuvo seguro en una rama alta, les indicó que podían proceder. Entonces, el brahmán resucitó al león. Este, después de tantos meses muerto, sintió un hambre terrible y, viendo tres apetitosos humanos, los mató sin darles tiempo de huir.
El hombre cuerdo esperó pacientemente hasta que el león, satisfecho, se alejó. Una vez se perdió de vista, bajó cuidadosamente del árbol y regresó rápidamente a su casa.
Reflexión: No basta la sabiduría para sobrevivir en este mundo, si no se escucha la voz de la prudencia.
Cuento del Panchatantra indio, adaptado para VCSradio.net.
Tema musical: High Above The Darkness (My Star)- Bensoud
Portada: León asiático – autor: nssujith28 – Wikimedia Commons
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