En VCSradio.net continuamos compartiendo los relatos de algunos creyentes de diferentes religiones y prácticas espirituales, perseguidos por sus creencias. A continuación sus historias:
Kusho Golok Jigme, monje budista tibetano
Como cineasta ha denunciado la persecución religiosa mediante la realización de documentales sobre los derechos humanos del pueblo Tibetano, tales como: “Leaving Fear Behind” (Superar el miedo), el cual causó que en el año 2008, fuera encarcelado y torturado por las autoridades chinas, negándosele el derecho a ejercer su religión.
Kusho sufrió torturas físicas y mentales, y comenta que ya desde hace más de siete décadas, varios tibetanos han sido perseguidos, muchos de ellos torturados y han muerto en las prisiones de China.
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El mismo Kusho, quien fue sometido a la brutalidad del PCCh, afirma para “Share América”, que durante un mes y 21 días, fue torturado, encadenado de pies y manos a una silla de acero, recibió golpes, le privaron del sueño y le negaron alimentos; de igual manera, le ataron las manos y lo colgaron. El afirma: “Tan solo recordar esta experiencia me da escalofríos…”.
El monje Kusho Golok Jigme, concluye que, impedir que una persona practique su fe y quitarle la libertad religiosa, impactará en su bienestar mental y posiblemente no pueda funcionar como un ser humano normal, lo cual es una grave violación a los derechos humanos básicos de la persona, por tanto, pide que se defienda el derecho a la libertad religiosa.
Zhang Kunlun – practicante de Falun Gong
El profesor Zhang Kunlun es reconocido a nivel mundial como líder artístico, ya que sus obras presentan un extraordinario nivel de calidad, y han generado un gran impacto en la sociedad, principalmente por la naturaleza pacífica con la que denuncia la persecución religiosa, que sufren los practicantes de Falun Gong, a manos del Partido Comunista Chino (PCCH), que prohibió su práctica desde el año 1999, bajo el gobierno de Jiang Zemin.
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Falun Gong es una práctica espiritual, también conocida como Falun Dafa, que se ha popularizado alrededor del mundo, gracias a los beneficios que experimentan quienes lo practican.
El profesor Zhang Kunlun, tuvo cercanía con la práctica espiritual cuando su familia le habló de lo maravillosa que era, razón por la cual decidió viajar desde Canadá, país donde residía, hacia su país de origen “China”, para conocer más de esta técnica; sin embargo, al llegar se encontró con un brutal escenario de persecución por parte del partido comunista chino. Ante esto, él consideró que debía aclarar la situación ante el gobierno chino y decidió escribirle una carta expresando los beneficios de la práctica espiritual; sin embargo, esta carta motivó que fuera encarcelado.
Durante su encierro, fue vigilado constantemente, privado del sueño, sometido a ataques psicológicos y torturado con descargas eléctricas que le produjeron quemaduras en los brazos y piernas; quedó tan afectado que durante tres meses no pudo caminar.
Zhang Kunlun cuenta a The Epoch Times:
“Estuve vigilado las 24 horas del día por un grupo de guardias. Después de interminables lavados de cerebro, engaños, coacciones y ataques psicológicos, casi me derrumbo. Esa tortura mental era incluso peor que la física. Me transfirieron al campo de trabajos forzados de Wancun. Me preparé para la posibilidad de morir allí, porque Wancun es conocido por perseguir a los practicantes hasta la muerte. No creí que pudiera sobrevivir”.
La intervención de Amnistía Internacional y el gobierno de Canadá, permitió que el profesor Zhang Kunlun, fuera liberado en el año 2001; desde esa experiencia, incrementó su determinación en defender el derecho a ejercer la libertad de creencias, creando junto con otros practicantes la exposición de arte “Verdad, Benevolencia y Tolerancia”, la cual ha recorrido más de 500 ciudades en todo el mundo, denunciando las atrocidades que comete el partido comunista chino contra los practicantes de Falun Gong que buscan ejercen libremente su derecho a creer.
Articulo redactado por Catherín Martínez para VCSradio, con información de Share América, plataforma del Departamento de Estado de Estados Unidos y The Epoch Times.