El presidente chileno, Gabriel Boric, anunció un acuerdo con China para el desarrollo del litio chileno. El acuerdo permitirá a China invertir en la extracción y procesamiento de litio en Chile, el segundo mayor productor de litio del mundo.
Así, Boric ignora las interminables violaciones a los derechos humanos que perpetra el régimen chino contra sus ciudadanos.
El acuerdo, firmado por Boric y el presidente chino, da lugar a que el Partido Comunista Chino (PCCh) arraigue aún más sus raíces en la región, gobernada por el izquierdismo en su mayor extensión.
Según el acuerdo, China invertirá en la construcción de una planta de procesamiento de litio en Chile. La planta, que se construirá en la región de Antofagasta, tendrá una capacidad de producción de 100.000 toneladas de carbonato de litio al año.
El acuerdo también establece que China tendrá acceso a las reservas de litio de Chile. China es el mayor consumidor de litio del mundo, y el acuerdo le permitirá asegurar su suministro de este mineral esencial para la producción de baterías para vehículos eléctricos.
El acuerdo ha sido recibido con críticas por parte de algunos sectores de la sociedad chilena. Los críticos sostienen que el acuerdo le dará a China un control excesivo sobre el litio chileno, un recurso natural estratégico para el país.
Sin embargo, el gobierno chileno ha defendido el acuerdo, argumentando que es beneficioso para ambos países. El gobierno afirma que el acuerdo generará empleos y ayudará a desarrollar la economía chilena.
Por su parte, la periodista venezolana, Gabriela Molano, amplia el contexto, incluyendo el lado oscuro que suele caracterizar los negocios del régimen chino son políticos que no suelen dar prioridad al bien de sus países sino a sus intereses particulares:
“Corrupción geoestratégica”
Los pasos de China en Latinoamérica para apoderarse del litio no están apegados siempre a protocolos diplomáticos sino a una “corrupción geoestratégica”, una maniobra que implica la evasión, mediante sobornos, de los requisitos correspondientes para poder invertir, según se señala en un informe de la consultora enfocada en el crimen organizado transnacional, IBI Consultants.
Con esta práctica, que apela no sólo a los vínculos ideológicos sino a los bolsillos de las autoridades locales, el régimen de Xi Jinping consiguió el primer trimestre de este año inversiones en el “triángulo de oro blanco” que conforman Chile, Bolivia y Argentina.
Sus firmas CATL, BRUNP y CMOC, comprometieron cerca de 1000 millones de dólares en proyectos de litio en los departamentos de Potosí y Oruro en Bolivia, mientras que Chery Automobile invertirá otros 400 millones de dólares en la construcción de una planta para fabricar vehículos eléctricos en Rosario, Argentina.
Detrás de estas ambiciosas negociaciones destacan las irregularidades, considerando que la firma de los acuerdos en la zona norte de Argentina se concretó con los gobernadores Gerardo Zamora de Santiago del Estero, y Juan Luis Manzur de Tucumán, ambas figuras alineadas con la vicepresidente Cristina Fernández de Kirchner.
El pacto con ellos en el marco de la “corrupción geoestratégica” de China implica que el gobierno federal desembolse los recursos nacionales a las regiones bajo su mando, sin solicitar rendición de cuentas, auditorías ni fiscalización sobre la administración de los fondos a cambio de la fidelización de votos a favor del partido peronista para mantener la estructura de poder, señala Douglas Farah, presidente de IBI Consultants, en el mencionado informe.
Escrito por José Hermosa para VCS Radio.net.
Imagen de portada (Toma de YT / @Paralelo33).
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