5 minutos de lectura. En occidente hemos aprendido que debemos luchar constantemente para obtener lo que deseamos. Pero el taoísmo enseña otro camino más acorde con lo natural.
Los seres humanos por naturaleza tratamos de entender al entorno para modificarlo en la consecución de las metas. Siempre luchando, cambiando las cosas, controlando y resistiendo. Sin embargo, el resultado es el cansancio, la frustración, el agotamiento mental y el desencanto.
Pero, aun así, nos levantamos para de nuevo empezar el ciclo interminable.
Muy pocas personas se preguntan si existe una forma de salir de este círculo o si existen leyes que dirijan el camino. Solo los buscadores de Tao pueden entrever la respuesta.
¿Qué es el Tao?
El taoísmo es la filosofía de Lao Tsé, escrita en su libro Tao Te King.
Allí en realidad no se define objetivamente qué es el Tao, pero da señales que llevan a la persona a intuirlo y sentirlo, de acuerdo al grado de sensibilidad y profundización espiritual.
Se cree que el Tao es una fuerza misteriosa que no se ve, pero está en todas partes, lo penetra todo, es omnipresente. Todo lo sabe, todo lo llena, está inherentemente en todos los elementos. No es ni buena ni mala, solo es.
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Esta es una perspectiva muy parecida a la idea todo abarcante que tienen los humanos del concepto de Dios.
Pero no es Dios, es sencillamente el fluir incansable de la vida que solo se percibe con el espíritu, no con los sentidos ni con la razón.
El libro Tao Te King, para facilitar un poco su comprensión, explica el Tao con un símil.
Dice que el Tao es como un rio que tiene su caudal natural, fluye siempre hacia el mar siguiendo un curso determinado. Su fluir es interminable y su fuerza arrolladora.
La virtud taoísta es representada por las dos características del agua: la sutileza (todo lo penetra) y la humildad (siempre se dirige hacia abajo, y sin intención nutre y crea vida a su paso).
El agua posee contradicciones. Es blanda, pero su fuerza puede erosionar hasta la piedra. Nada puede superar el agua porque a pesar de ser sutil, supera lo duro y rígido, nada puede luchar contra ella.
Qué es wuwei o filosofía del fluir (Flow)
Asimilarse al Tao o estar en estado de wuwei es nadar a favor de la corriente. Es el principio de no acción. No contradecir el caudal del río del Tao.
A este fluir permanente el taoísmo lo llama wuwei (en occidente lo llaman flow, fluir)
Wuwei se vive cuando una persona está totalmente concentrada, sin pensar en nada, solo dejándose llevar por esta fuerza vital.
Como un artista cuando está creando una pintura y se olvida de todo. Su mano simplemente sigue una fuerza invisible que lleva a expresarse sin trabajo, porque está armonizado con el eterno fuir de la existencia. O el deportista que logra su mejor nivel sin esfuerzo con total concentración.
Cuando se está en wuwei, no existen los análisis, ni pensamientos complicados o profundos. La idea de bien y mal desaparece, las preocupaciones se disipan
Este fluir no sucede solamente en estado de meditación, las personas en wuwei realizan sus tareas en forma natural. Estar en el Tao es saber en qué momento actuar y en cual ser inactivo. Una acción sin esfuerzo.
El wuwei es el estado de concentración y absorción completa en el momento presente.
Esto produce en la persona gozo, libertad, serenidad y satisfacción. No necesita nada
Manifestación del wuwei
A nivel físico el cuerpo no pone resistencia, lo que hace es armónico perfecto y sin fatiga. El cuerpo está relajado, y el andar es suelto confiado y seguro. Acciones automáticas como el proceso de digestión, el corazón y la actividad endocrina, son el Tao en función. El taoísta admite incapacidad para controlar y decide no poner resistencia.
A nivel mental, la persona en estado de wuwei lo entiende todo, no lucha, se abandona a esa sabiduría. Descansa confiado y sin preocupaciones. Las acciones naturales no necesitan de la inteligencia humana. El taoísta lo sabe y lo acepta.
A nivel espiritual sucede una asimilación con esa fuerza de la naturaleza, no hay separación, se es uno con ella. La persona está en el Tao.
Ir en contra del Tao
Ir en contra del Tao es ir contra la fuerza de la naturaleza. Es nadar contra la corriente del rio del Tao. Es luchar para modificar lo que ya es perfecto.
La persona que va contra el Tao quiere controlar todo porque considera que debe hacerlo. Al no conocer la ley del wuwei, lucha contra la corriente, su vida es cansada y llena de sufrimiento.
No se da cuenta que no importan los esfuerzos, lo que ha de suceder, sucede. No cree que entre más lleve la contraria a la fuerza natural, este terminará arrollándola, nunca la puede cambiar.
Algunos luchan contra ella por ignorancia y otros por soberbia. Algunos porque así lo aprendieron desde niños. Ninguno mira el círculo vicioso en el que incurren.
A pesar de saber que no le corresponde, lucha por hacerlo. Cuando la vida pone limitaciones no las respeta e insisten en adquirir aquello que la vida se niega a dar.
El enfoque de la inacción y wuwei va en contra de lo enseñado en occidente. Hemos aprendido el trabajo duro para lograr resultados. Que hay que ser ambiciosos, perseverantes. Sin embargo, si conociéramos un poco más el Tao podríamos atraer lo mismo o aún más, sin siquiera buscarlo.
¿Cómo aprender a fluir con el Tao?
El taoísmo no enseña un método práctico para alcanzar el Tao, pero si nos da señales. Sabemos que cualquier acto que nos ayude a lograr la serenidad de la mente, contener los sentidos, ser humildes y cesar el control, podrá abrirnos al universo y acercarnos al Tao.
En realidad, no es tan fácil. Se necesita tener una disciplina permanente para cultivar la experiencia interna en nuestro diario vivir.
El primer paso, es aceptar que no tenemos el control de casi nada. Empezando por nuestros pensamientos, somos totalmente incapaces de controlarlos. Hay que aceptarlos y solo mirarlos sin identificarnos con ellos ni ponerles resistencia. Ellos se apaciguan por si solos.
De hecho, esto es aplicable a todas las cosas, aceptar lo cambiante de la vida, lo cambiante de las personas y de nosotros mismos.
Hay que desapegarse del resultado de nuestras acciones, desapegarse de las expectativas y de las búsquedas.
Soltar el dolor, las emociones y la culpa. Pensar que, así como llegan, así se van, entonces por qué sujetarlas con tanta fuerza.
Lo que hoy vemos oscuro y amenazador, mañana podría ser luminoso y grato, entonces por qué preocuparnos.
Hay que seguir adelante, aceptar lo que nos corresponde. Conociendo nuestros valores, actuar de acuerdo a ellos sin resistencia. Cuando uno resiste una situación, esta tiende a permanecer.
Si el pasado te atormenta, recuerda que este ya nunca volverá, está muerto, solo existe el presente.
El futuro tampoco existe, entonces por qué preocuparnos, hoy sembramos las semillas del mañana. La vida hay que vivirla paso a paso, como llegue.
La serenidad mental también se puede ejercitar cuando miramos tranquilamente la naturaleza, el movimiento del rio, el vuelo de los pájaros. En esos momentos cuando ‘no hacemos nada’, y que ‘no nadamos contra corriente’, el Tao se puede manifestar.
Igualmente se puede ejercitar mediante la meditación, la relajación, la respiración dirigida, la contemplación y la oración. Tal vez algún día, en algún momento entremos en un estado en el que solo ‘somos nosotros y el universo’, sintamos el Tao y nos fundamos en El. Pero recuerda que este desaparece tan pronto tomemos el control.
Con el tiempo y la práctica constante podremos lograr estados más profundos de wuwei y alcanzar el Tao.
Artículo escrito por Beatriz Rodríguez con información del libro Tao Te King y knowsquare.es
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