Tiempo de lectura. Control de “Discursos de odio” coarta la libertad de creencias, incluyendo las creencias en Dios y la religión.
Billy Hallowell, periodista de la CBN, publicó en su red social de Facebook el pasado mes de abril esta frase del cristianismo, «Jesús murió para que tú pudieras vivir». La publicación no tenía fotos ni presentaba más detalles.
Casi de inmediato, Facebook eliminó la publicación aduciendo que «el contenido atenta contra la comunidad por ser un ‘discurso de odio’, y señaló que, «tenemos estos estándares con respecto al discurso de odio para garantizar que todos se sientan seguros, respetados y bienvenidos».
Según Facebook se trata de una frase inadecuada que puede hacer daño a otras personas.
Hallowell apeló la condena a su post y, días después, Facebook respondió asegurando de nuevo que, «No podemos mostrar contenido que contradiga los estándares de nuestra comunidad con respecto al discurso de odio».
La respuesta de Facebook, justifica la censura como un control al “discurso de odio”. Al final eliminó definitivamente la publicación.
La comunidad cristiana considera la actitud de Facebook como un ultraje a esta religión y señalan que la red social excedió su labor de control a los discursos de odio, mientras que con otras publicaciones que sí incitan al odio, hacen oídos sordos.
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Qué es el discurso de odio
Según la ONU, “la expresión ‘discurso de odio’ hace referencia a un discurso ofensivo dirigido a un grupo o individuo y que se basa en características inherentes (como son la raza, la religión o el género) y que puede poner en peligro la paz social”.
Esta organización especifica que este discurso de odio puede suceder a través de “cualquier tipo de comunicación ya sea oral o escrita, —o también comportamiento—, que ataca o utiliza un lenguaje peyorativo o discriminatorio”.
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El discurso de odio llevado a cabo por internet puede ser especialmente funesto para el atacado, debido a que incita a grandes grupos fundamentalistas violentos a que pueden hacer uso de la violencia.
Todas estas acciones de controlar los discursos de odio suenan muy altruistas, sin embargo, se han convertido en una herramienta bastante útil para ejercer censuras y crear un pensamiento único.
Grupos poderosos como las redes sociales, las bigtech, Hollywood, el medio artístico, medios educativos, y en general todos aquellos que tienen cierta influencia, se han arrogado el derecho de controlar los discursos, con el fin de ejercer censura sobre quienes piensan diferente. De este modo, reprimen las creencias, persiguen la libertad de expresión y condenan ante la sociedad todo pensamiento que no esté alineado con las ideas progresistas.
Este control es un medio muy efectivo en este momento, en el cual las ideologías promovidas por la izquierda abundan, tales como las tendencias abortistas, la supresión de las tradiciones, la promoción de los antivalores, la lucha contra la familia, etc.
Es así que, se viola flagrantemente los derechos humanos de expresión, libertad de creencia religiosa o espiritual y libertad de expresión política, tratando de conducirnos a todos hacia el pensamiento único, del cual creen ser los dueños.
Casos como el de Billy Hallowell, no son aislados, suceden a cada momento, sin tener a quien recurrir para defender la libertad.
Todo esto se enmarca dentro de la llamada “cultura de la cancelación”, que decreta lo que es correcto y lo que no lo es, según los estándares establecidos por los movimientos imperantes.
Caso notorio es el de la escritora británica J.K. Rowling, creadora de la saga de Harry Potter, quien fue duramente censurada y prácticamente borrada del mundo intelectual, por hacer comentarios que se consideraron transfóbicos.
Pero no se trata solamente de las expresiones lingüísticas. La religión católica en especial, es constantemente censurada y acosada por defender las ideas cristianas. Hace unos meses se conoció lo ocurrido con la activista pro-vida Isabel Vaughan-Spruce, en Birmingham, Reino Unido.
Dicha mujer fue detenida al ser sorprendida cerca de una clínica de abortos, mientras permanecía en silencio, cometiendo el “delito de estar en oración”. Tal cosa está prohibida en esa ciudad, para proteger el desarrollo de las actividades abortivas de dichas clínicas, y evitar hacer sentir incómodos y agredidos a quienes acuden a hacerse abortos.
Ejemplos como estos, indican la hipocresía de esta sociedad actual que perdió sus valores tradicionales y está totalmente ideologizada. Se castiga o suprime a quienes buscan preservar los valores éticos que rigieron a la humanidad por siglos, y a los atacantes son considerados ejemplos dignos de imitar.
El control de los discursos de odio se ha pervertido hasta el punto que, hablar de Dios es un delito, mientras que el discurso a favor del aborto, la ideología de género, la teoría racial, la lucha de clases, y demás discursos de moda, se promueven y consideran como virtudes.
Artículo escrito por Margarita Restrepo para VCSradio.net
Fuente: https://www.un.org/
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